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EL
HOMBRE
a i queda probado con eviden ·a,
que aunque pudiese 111antenerse sin
tributos la causa pública, fueran
.
.
l1ecesarl.osU111can1en te para cOlllpe-
1er
los
Pueblos al trabajo necesario
á
satisfacerlos, introduciendo en
eUos por este lnedio la aplicacion,
que les hace despues pasar 1l1aS ade–
lante, procurando el aU111ento de
las conveniencias,
y
riqueza pro–
pria, despues de haver satisfecho
á'
las cargas públicas.
. .
. La regla general, que puede
ha~'
ver para las in1posiciones, se redu-'
ce
á
las consideraciones
siguiente~.
La
prünera, quáles sean
las
preci-–
sas necesidades,
á
que en cada esta–
do debe dár regla el cónlputo
de
todos sus gastos, dexando Sie111prC
algun
hueco para el desahogo;
a~
1l1odo del buen padre de familias;
que considerando 10 que en cada
:tño necesita para
el
sustento,
y
co-
rno