SERGIO QUIJADA JARA
cialmente de guindas, melocotones y tunas. Es el ver–
dadero cestructor de estas
frutas por ser el primer
parroquiano que se da el lujo de escoger lo mejor.
Pasada esta época, en consecuencia cuando es–
campa la lluvia al chihuaco ya no se le escucha can–
tar; está apenado y triste;
y
para mitigar su, hambre
recorre los pant2nos, escarba la tierra en busca de
«cuyuco >>, es decir lombriz de tierra, así corno excre–
mento y otros desperdicios.
Por esto puede decirse
qu e es coprófago.
Pero para que su penuria y an–
gustia sea menor, dicen los moradores de nuestras
comarcas andinas, que en altas punas o en abras tie–
ne su !roja, es decir su despensa de habas, maíz y
"' trigo y así junta su provisión para
la época de ve–
~
rano o estío.
Cu ando en
época de estío
se ve pelea,r a un
chihuaco hembra con un macho, es que discuten
acerca de la pronta venida de las
lluvias, la hembra
quiere que llueva pro nto para tener cómo alimentar
a sus pichones, mientras al macho no le interesa tan·
to, le es indiferente que llueva o nó po1que se jacta
tener su despensa y porque sabe buscar su alimento.
-SE
!S-