DE CHRISTO.
CAP:
XXIV. .
47S.
,Yá
vuef.l:ras penas comienzan
á
obrar en mi, y yo en mis culpas
á
ofrecer
á
vueftras penas motivo
á
mi redencion. Confiefo yá
mi
flaqueza, y en ella os confiefo
á
Vos ; llóro
á
vuefiros pies
caído, la vanidad con que ofreci levantado. Yo que ofreci de–
fenderos,
n~
me puedo defender; y
el
que prefumia que baila–
ba
·para todos, no bafi6 para sí mifmo. Yá no he de matar
á
nadie, folo eftoy para morir; perdonaré agenas c_?lpas, folo
lloraré las mías. El cuchillo con que os defendí
en
el
huerto, yá
fe
ha
vuelto de dolor ; y en el aln1a manifiefia atravefado , que
fue en él tem.eridad , la que ha fido recelo infame en el atrio.
O
Bien Eterno, qué cierras fon vueíl:ras profedas
!
Y
qué preil:o la
miferia de mis obras manifeíl:6 la verdad de vuefiras fantas pa–
labras
!
Un animal vigilante me hizo recuerdo
al
velar , por
ha–
ber fido fiempre en n1i todo J?i daño el dormir. Cantando
me
defpert6
á
que vivieífe llorando. Velaré, y no folo lloraré etel'.'-· .
namente
el
haberos negado, fino tambien en el no habenne co–
nocido , pues aquella prefuncion fue difponiendo efra caída.
· $ ·
Será yá
el
repetido egercicio de mi vida atribulada , llo–
rar,
gemir, temer;
y
en eíl:as lagrimas he de bufcar vueftro amor.
Y
o crda , que era el
t.in::i~ro
al amaros ,
y
fu·
el
prime o al ne–
garos. ¿Quien no llora verfe
ri1nero en
la
obligacion, en la con–
fcfion poíl:rero
?
Yá ,
Jefus in10 , he do pafar
á
los ojos
el
oficio
_de los labios,
y
confefarán mis lagri1nas lo que en ellos no qui–
fieron las palabras.
~é
bien que me prevenifieis
el
agua al la...
va:r
los
pies
con vuefiras benditas manos , co1no quien tuvo pre–
fente mi negacion ,
y
me ofreci6 defde entonces lagri1nas con
que lloraífe
!
¿Y
o que pisé las ondas del inar, no me he podido
tener
á
la voz de una muger
?
Pafe
á
los ojos
el
agua que enton–
ces tuve
á
mis pies. Porque defcaécia en la fé me ahogaba en
el
mar,
os n1e diíl:eis, Señor, la n1ano ,
y
la fé ,
y
ahora volvi
á
naüfrag¡;,
r
en
el
atrio , porque falt6 fu fuerza
á
la caridad,
y
aqui
·me la
1
·'
on
vueíl:ros facrofantos ojos , feñalando en
el
remedio
>
rr
,..,
,
que yo llora11e mi dano.
O
quanto mayor ha fido la te1npeíl:ad
de
e~;i noche~
No he de pifar otras ondas , ni agua , que las de
mi's ojos ; en eíl:e
rnar
de amargura he de navegar llorando.
Afsi
poíl:rado ,
y
caído no padeceré naufragio ,
fin
que
hálle
la
mano
en vueíl:ra piedad ,
y
el
focorro en vueH:ros ojos.
. 6
Al fin llor6
el
Beatifsimo Pedro infinitas , lo que tres ve–
ces
negó,.
dan.doeO:e egen1plo
á
fus hijos, que pues tantas lo imi-
Part.
11. del
Tom.
II.
Ooo
z
ta-