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INJUSTICIAS EN LA
Ml!ERT~
cia
?
·Ni qué muerte 1nas cruel, que la que ofrece la culpa,
y
fo–
lidta la pena
?
Si yo os niego, para
q~~
quiero la
:vid~
?
Viva fo–
la mi vida
á
la confdion;
y
antes huv1era yo muerto efta
no~he
tcnebrofa, que negaros,
y
ofendo!es. ·
·
.
.
'
3
o
noche trifre ,
y
obfcura , en que padece mi
Redent~r!
.
'yo
le ofendo ,
y
le caufan mas dolor mis culpas , que no fus pe...
nas,
y
le,-
yo mas motivo al padecer, que los que mas le per–
figuen
!
t
os venda el alevofo , mi Dios, gran maldad, como
lo es ue s ofenda el infolente ; <pero qual ferá , Señor , que
os niegue , y defconozca
el
amante
?
Para qué quiero
el
amor)
fino para confeíar? ni de qué firve fentir, fino me atrevo lo que
fiento
á
pronunciar? Lloren , dulce Jefus , yá mis ojos lo que
callaron ·mis labios ;
y yá
que no tuve fuerza
á
la confefion, nun–
ca
me falte .al llorar la culpa en la negacion. O dulce Redentor
n1io! ¿cómo me atreví
á
negaros?
y
quando debía temeros al <;>fen··
deros , fui cobarde al confefaros
?
~ánto
mas me podeis ,
y
de~
beis cail:igar parque os negué , que ellos porque os confefaífe ?
y
con todo cífo no temí
el
mayor caíl:igo, recelando
el
menor da–
ño?
Dadme 6dio mortal
~ -la
vida , pues que me cuefia la muer–
te; y por guardar de
ell~
el
ct:1erpo,
ofrecí
á
la
culpa el alma.
~e
efr ado ".os libre ;
y
y~ ~refo
,
~s ne~a~e
por bufcaros, pa–
rece q u ofrec1a
lgun motivo
á
m1
perH1c1on ; cpero efiando
Vos prefo, dulceJefus, negaros
p~ra
dejaros , quién lo puede
tolerar
?
Cómo me puede alegrar
el
vivir , fi
á
Vos veo morir,
y
crucifiqtr? No puede llamarfe vida la que me caufa un dolor tan
p~frecido
á
la muerte;
yá
ferá continua muerte mi vida , y amaré
como confuelo á la muerte. Viviré eternamente llorando lo que
negué :
y
el
que en poblado tan flacamante os negó , os fcO"Uirá,
Paftór dulce, por
e{f
os 1nontes llorando.
t>
·
4
Pa.raque me coriocieífc fue necefario negar ; qué cara me
ha falido
la
humildad
!
~é
penofo repáro
á
1ni
preft(1cion
!
O
propio conocimiento , lo que
me
cueíl:a adquirirte , ' ' para que
yo vea mi fragilidad, precede negará mi Salvador! Yá, dulce
J efus, os conozco , porque me conozco
á
mi:
y
con unas mif–
mas luces me conozco ,
y
os conozco. Yá veo que mi flaqueza
no pudiera levanrarfo fin vueíl:ra piedad : humillado en mi mife–
ria , veo
eífu
mifericordia. Yá las fuentes de mis ojos confiefan
que los n1iraron los vudl:ros ,
y
que al calor de eífa luz fe deshi–
zo
el
hielo
del
corazon al temer la maldad de lG>s labios al negar.
.
Yá