DE CHRISTO. CAP. XVII.
445
hice al hombre , y le desharé quando quiera.
Yo
,
que ahora que
me prenden cfioy prendiendo al Demonio , ahora que vofotros
me acais , lo eíl:oy atando
Yo
á
él.
Al
fin los pofl:ró, para que co–
nocieffcn todos
fu
Divinidad, y no tuvieífen difculpa
el
Difcipu–
lo alevofo ; fus foldados, y fayones.
7
Levantófe Judas tan traydor como cayó,
y
~!entando
á
los demás ,
prendie~on
al Salvador. Debiofe entonces
el
info1ne
de efconder, que ten1eria
el
cuchillo de San Pedro , y
al
ruido
habiendo defpertado los Difcipulos , digeron los que eíl:aban mas
cerca :
rDonu'ne
,
ji
percutimus in gladio?
(k)
Señor, herirémos con
la
ejpa.cla,
co1no quien dice : dad licencia , que fea nuefiro valor
defenfo,
y
futisfaccion de vuefho agr::i. vio. Vos baíl:ais,
y
tenien–
doos
á
Vos todos noforros [obramos; pero íi eíl:a guerra
fe
ha de
.hacer con
la
efp1da,
yá
es tiempo de en1beíl:ir al ene1nig<J ,
y
fi
fe
ha de
hacer con vueíl:ra fanta daél:rina, que es mas fuerte ,
y
penetrante, avifudnos, pues que fabra nueftro acero , quando
Vos fonnais
VL
efira palabra.
8
Antes que refpID d'e
el
Señor, como
el
zelode San Pe–
d~o
fe hallaba tJan uíl:a
e
te
11
dignado ,
1
titó
un;i
cuc;hillada
á'
Maleo, uno de los criados del Sumo Pon ifice
c~~yfá~,
y le cor–
tó
la
una oreja ;
que a 1
Pontific
, ddtinado qe la IgleGa Pe•
dro , corregia
á
los
ele
la Sinago
6
,
cono la que ib1 efpirando.
Entonces
íl1
Divina Mageftad atadas las manos
á
fi1
defenfa ,
y
defatadas falo p:ira curar
á
fos enemigos, (e
la
volvi6
á
la
cabe–
za ,
y
á
Pedro le enfeñó, que no eran tanto aquellas las armas
de
.fu tierra,
y
juri[dicion , quanto las efpirituales : adviniendo,
que
el
que con efpada mata ,
ha
de n1orir con efpada ,
y
que
el
Sacerdote no es bien que
viva
con ella , ni es bien que con
dla
venza: y fu blandura inefable le dijo :
Calic.emqueni
dedit
mihi
Pater
,
non bibam illum?
(l )
Es poGble Pedro,
que
me
ejcufas
que
beba el
Cal.izde La Pajion
?
Como quien dice : deja , Pedro, eifos
rvo ··
' que
\a
gu.erra efpiritual , no
fe
hace
á
fuego , y
for
gre
del
enemigo , fino falo de
la
propia. El padecer es vencer ,
y
es
el
penar
el
reynar.
~ando
me prenden los venzo , quando pa –
dezco los triunfo. Pero verdaderamente San Ped ro íiempre
con–
cedi6 al amor quanto le foltó
á
la
luz; porque no acabando de
penetr.-ir, que era conveniente .que
plde~ieífe
el
Señor,
y
aman-
do-
(K) Luc.
22• •
v.
49.
(l)
Joa.n.
i·i.
v.
1 h