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esmerado en el traje y de modales en extremo suaves y atractivos». E asadre lo

retrata «de barba nazarena y grandes ojos negros llenos de la melancolía del

descontento».

Ricardo Pahna, quien lo denomina maestro, estuvo encargado por el nnsmo

Gálvez de llevar a los conjurados del Callao las noticias del ataque contra Castilla,

en noviembre de 1860, y comunicarles el fracaso de la revolución. Posteriormente,

Pahna se adhirió a la revolución contra Pezety sirvió a las órdenes del J'vf:inistro de

Guerra, asistiendo al combate del2 mayo. En carta a Vicuña J'vfackena, Pahna hace

nn paralelo entre Gálvez y Sánchez Carrión:

Sánchez Carrión era hombre de apariencia enfermiza y dulce en su trato,

como José Gálvez, a quien Ud. y yo conocimos con alguna intimidad. ¡Y

sin embargo pocos hombres he tratado tan enérgicos como Gálvez!... En su

pronunciación había mucho de la timidez del serrano y lo mismo se notaba

en Carrión. Verdad que eran casi comprovincianos, pues el primero nació

en Cajamarca y el otro en Huamachuco. (Dammert 1983: 37).

LAPERSONALIDADDEJOSÉGÁLVEZ

La extraordinaria personalidad de Gálvez era bien conocida y le valió tanto la

admiración dermos, como los indios, y antipatías de otros.

El Comercio

de Lima

con fecha 25 de noviembre de 1860, después de frustrado el asalto a la casa del

mariscal Castilla, decía en nn párrafo de su editorial «Ese hombre rojo, como la

sangre de que tiene sed, ese hombre, ya lo saben todos, ese hombre es el Dr. José

Gálvez Egúsquiza>>. El mariscal Castilla, frenético e indignado, escribía a su esposa

desde París, en diciembre del65: «Y

cual

sería

mi

objeto ahora presentarme en el

Perú ¿disputar el mando dictatorial a Prado y demás nueve perdidos como Gálvez,

Quimper,

&, &...

N o cabe la menor duda que donde está Gálvez no hay garantías

para mÍ>>. Así mismo, con natural resquemor y enemistad, escribía (marzo 21 de

1866) desde Pau (Francia) al doctor Ortiz de Zevallos:

«. ..

me han dicho que

Gálvez ofrecía su rennncia si yo volvía al país; de manera que estoy condenado a

ser presa del Tigrecito GálveZ>>.

Además del enorme ascendiente sobre la juventud que lo admiraba por sus ideas

y por su coraje, quienes le conocían personahnente quedaban cautivos de su recia

personalidad y de sus modales suaves. Dice monseñorDammert que la fascinación

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