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Pequé contra ti solo;
A tu rjsta obré el
ml'l
1; para que brille
Tn justicia
i
vencido
El que te juzgue tiemble
i
se arrodille.
Objeto de tus iras
N
aci, de
i
nic¡uidades mancillado,
1
en el materno seno
Cubrió mi ser la sombra del pecado.
En la "ferdad te rrozas,
I
para mas rubor i afrenta mia;
Tesoro me mostraste
De oculta, celestial sabiduría.
Pero con el hisopo
Me rociarás i ni una mancha lere
Tendré
ya;
larnrásme,
I
quedaré mas blanco que
la
nieV"e.
Sonar:in tus acento8
De consuelo i de paz en mis oidos,
I
celeste alegria
Conmoverá mis hnesos abatidos.
Apartn, pues, aparta
Tu
faz
¡oh
Dios~
de mi maldad
horrenda!
I
en mi pecho no dejes
Rastro de culpa que tu enojo encienda;
En mis entrañas crea
Un
corazon que con ardiente afecto
Te busque; un alma pum,
Enamorada de lo justo i recto.
De tu dulce
prescnci~~
En
que al lloroso pecador rceibcs,
No me arroj es airado,
:K
i
de tu santa
inspiraci~n
me pri
res.
Rest::iuramc en tu gracia,
Que es del alma. salud, rida i eon ten to,
I
al débil pecho infunde
De un ánimo real el noble aliento.
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