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A
una flor. (a)
Yo vi en tus pétalos rojos
Reflcj arsc
los
destellos
De
ln,
rrurorn
I dar
a
la
rosa enojos
A1
adornarte con ellos
De hora
eri
hora.
Vi las gotas de rocío
En tus hoj as suspendidas
Vacilar,
Como de llanto tardío
Las lágrimas despedidns
Al llorar.
I luego al caer pausadas
Por tu cáliz
resb~tlarse
Destilando,
Como perlas nacarada:3
Que
la
anrora
8.l despertarse
Vi
arrojando.
Los
árboles
que te vian
Te daban con rama tanta
Fresca sombra,
I las yerbas
que irnci <m
Formaban bajo tu planta
Verde alfombra.
Con el sol del medio dia
Fulj ente forma tomaste
Deliciosa ;
De tu cáliz la ambrosía
Con profusion derramaste
Voluptuosa.
P or
tus hojas escapó
De tu cáliz entrc<lbierto
GrnLo aroma :
La brisa te lo arr8.ncó
I lo traspasó al desierto
Por la loma.
¿Por qué tus rosadas bojas
Arranca al
pasar
el viento
Sin piedad,
Te
roba
tu~
tintas rojas
I
se goza en tu tormento
Su _crueldad?
j
Ai
!
pobre flor, no
sa¡pfas
Que el buscar las impresiones
DBl amor,
Es buscar las agonías,
Las
agnda~
impresiones
Del dolo;r.
Con los golpes del destino
La luz que en el alma brilla.
Palidece,
I en
la
mitad del camino
Sin alcanznr a la orilla
Desfallece.
Como a tí los vendabales
Que nos envia la suerte
Nos marchitan,
Y los goces terrenales
Nuestros pasos a la muerte
Precipitan.
¿Quién como tú no ha sentido
Esos halagos traidores
Del placer,
Recuerdos que en el olvido
Se marchi tan cual las flores
Al nacer?
En este mar de la vida
¿A bogar siempre con
c1~ma
Qui~n
a1canza?
O alguna ilusion querida
Para
cla-var
en el alma
18'
espen:Ilí~a?
~-·
(a) Estrr c'ase de estr0fas tiene el
nomb~a
de
Jo1jt
J/an ··ique
por ser un poeta e::pañol así
Iia..;.
maclo qnien hs usó
en una
éomposic!on a la muerte do :m p.idrc,
e1iCrita
en el siglo
XV.
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