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SERMONE~
oracion,
y
del ayuno, siempre encar–
ga que no se haga cosa alguna de
ellas por la gloria de los hombres;
y
en todas partes dice :
que los que
obran por ella
,
ya
recibieron su pre–
mio
;
se entiende no el eterno, que el
padre celestial guarda para los San–
tos ., sino el transitorio que buscan
los que obran puesta la mira en
la .
vanidad. No es esto decir que sea
mala la alabanza de
los hombres,
porque habrá por ventura cosa que
mas se deba desear de los hombres,
como el que les agraden aquellas co...
sas que deben imitar? sino que el
hacer buenas obras por motivo de
esta misma alabanza es atender á la
vanidad en ellas. Así por grande que