_
Garcilaso.
7t·
Luego
1fl.
polvorosa
muchedumbre,
Gritando,á _su costurnl?re, le'
c~rcaba.:
Mas.~et ·que
se
llegaba al
fiero mo_zo,
Llev~ba,
con destrozo
_y
con
tprmcMo,
Del
loco
a'rrevimiento
el justo
pago.
Unos
en
brut9 lago de su
sangre,
Cortado
ya
él
estambre
de
Ja
vida,
La
cabeza'
partida revolcaban; _
Otro~
dar.o
rnostraban _ ~spir~ndo
De foera
palpitando
las
entrañas,,
Por·las
fieras
y
cstrañac;
cuchill_
~dasDe
aqu~lla
mf}no
dadas, Mas
d
ha.doAcerbo, triste,
ayr~do,
foe
venido;
Y al
fo)
él, confond-ido de
alboroto,
Atr~ye-sado
y
roto
de
mil
hierros,
PicJicndo
de sus yerros
v~nia
Jl Cielo,
Puso en
el
duro
sudo
la
hermosa
Caq,
como
la
rosa
m~tutina,
QQ¿·lndo
ya
el
Sol
declina
~ n~ edio
día,
Que pierde su
akgrfa,
y
marchitando,
Va
la
color
mudando;
ó
en
el
<;ampo
~~l
qued,a
el
lído
blanco, que
el
arado
Crpd?mc-:nre
cortado al
pasar
dexa,
D"I
- q\1~1
aun
t)O
se
.~lejo pr~surcsq
Aquel colo_r
hermoso,
ó
se.
destierra;
Mas
"y~
la madre
ti~1: ra de s-cuid a d~
-
No Je
administra nada de
su
Jli ~· 1Ho,
. ~e
áa
el
sustcntamiclHo
y
vigor s.uy_o_;
Ta