qu_e una
Na~ion
enemiga
pudi~se ten,~r
buena instruccion. Desengañólos ef tra–
to : vieron gran copia de Libros Fran–
ceses ;
y
con una rapidez increíble se
apliéaron
á
traducirlos al Castellano;·
pero como los mas· no calab-311 bien
la
:fuerza .de uno
ni
otro Idioma ,
hicie~
·
ron un batibunillo miserable de los dos.
Lo menos ha sido
la
introduci<!n de
infinitas voces Francesas con que han
inundado nuestra habla sin necesidad:
han desfigurado además su caráéte.r, for-
111ando una construccion Francesa con
voces _Españolas
y
mestizas. Confieso?
sin embargo , _que no han faltado en
nuestros dias algunos Escritores
y
Tra..
dueto.res libres de esta falta
que
han
manejado
su
lengua con felicidad
y
purez~
; pero su exemplo no ha
po~ido
prevalecer contra
el número
mayor.
Todas estas. consideraciones
me han
he_cho
dis~urrir
sobre los medios
cte
ata:–
'ja~ l_o~
progresps del mal :
y
-á
dte fin
me
h~
_parecido lo
.mas
oportuno reno-
var