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z z
ELEMENTOS
Fig.
ra
ó
el que estuviere en su
superficie,
estarían
ambos
en
un mis~o plano
y
en un mismo meridiano con el
borde
de la Luna,
y
ambos ven
á
un mismo tiempo ·y sin nin–
guna diferencia , el limbo de la Luna en el merfdiano, lo
mismo diremos del limbo siguiente. Por consiguiente el
tiempo que la Luna gásta en atravesar el meridiano ,
se–
i;ía
de todo punto el mismo ,. visto desde
el
c·éntro
ó
desde
un
punto qualquiera de
la
superficie de lá Tierra, colocado
debajo de un ~ismo meridiano,
y
en ningun modo pende.
de la altura de la Luna sobre
el
orizonte.
.
.
..
Refiere Mr. de la Lande que acerca de esto le
propuso
un
Sabio este argumento: uQyando observo el borde
de
la
" Luna en el meridiano , quiero saber quanto dista de este
" círculo·
el
centro de la Luna, pero esta distancia pende
del
~-' semidiámetro de la Luna, qual parece entonces; es , pues,
" preciso valerse para
el
cálculo del semidiámetro aparente,
~, ó
aumentado en razon de su altura sobre el orizonte..,.,
e
A
esto . respondió
Mr:.
de la Lánde probando que
la
distancia
del
centro d,e la Luna
al
meridiano en tiempo,
solo pende del tamaño aparente del semidiámetro, visto des–
de el centro al rededor del
qual
se hace el movimiento. Un
arco de
1
5',
visto desde
el
centro
qe
la Tierra , atraviesa
el
meridiano en un minuto de~tiempo; si me arrimo bas-
d
/
/
tante
al
obgeto
para que
me
parezca e
3
o
y
no de
I
5 ,
no
por esto
dejará de atravesar
el
meridiano en un
minu–
to , porque
al
mismo tlempo que el obgeto me parecerá
.otro tanto
ma~or
·p_or
estar
mas
inmediato á
mi,
tambien
se-