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le avisa ·mas
que,le
obliga ,
y
casi'
110
tiene el pacifico animal otro ob–
geto , que el atender á la mano.
De
tal modo concuerda su accion
con la de el que lo lleva , que
se
reducen
á
una misma acdon•.
Escucha , alma Christiana ,
al
Canr.
1.
8.
Esposo, que
te
dice:
ro
te he com–
parado
á
una
yegua hermosa
,
y
domada
,
y
es menester uncirte
á.
un
carro ,
y
hacerte obrar
en
com–
petencia
con
otras almas igualmen·
te
sumisas :
mira no
suceda
l<>"'
que
<Wn
los Ca5a1Ios mal
pareado~,
de los '}Uales tira el uno,
y
se queda
sin accion el otro ; lo .que fatiga,
y
rinde
á
los que tienen buena volun¡
tad,
y
se ofrecen s!nceramente al
trabajo.Unense los dos Caballos con
el latigo del Carretero , ó por me–
jor decir , no tanto con el latigo,
como con la voz ;
y
ligera insi–
nuacion de un benigno amago,
que avisa '
y
despierta
a
veces.~
porque ambos Caballos ván igual._./
mente resignados
a.
la mano.
qu~
·
los