DIA XXXII.
Nuestro Señor nos
dá
á
comer el
!
mismo Cuerpo que tomó por
noso-
tros
.J
oann. v1.29.3
2.
50.
55.59.
L
A obra
de
Dios es, que creais
en el
que
él embió.
ro
soy
el
Pan de vida
:
el
que
viene
á
mf.,
jamás tendrá
hambre, ni
sed;
y
el
que
cree
en mí,
tiene la vida
eter–
na.
Luego es claro , que por la fé
debemos aprovecharnos de este ce–
lestial alimento para recibir la vi•
da eterna ;
y
no se trata
yá
sino.
de saber lo que nos enseña hoy, qué
debemos creer para conseguirlo.
Nos dice claramente , que es ne–
cesario creer dos cosas : la prime–
ra, que el Hijo de Dios ha bajado
del Cielo ,
y
que ha tomado carne
humana , por medio de la qual ha
venido
á
nosotros. La segunda , que
para tener parte
en
la vida que con·
.tiene, es
preciso comerla.
La