.
46~
Pero
lo que sl
necesitamos
enten~
.der es , que siendo el
lenguage
huta!
mano muy
débil
para explicar
la
obligacion que
~enemos
de
amar
a
Dios, el Espiritu Santo se ha vali-
.
do de las expresiones mas fuertes
~
para
hacernos entender ,
que
el
hombre nada tiene que pueda re–
servarse para sJ. mismo : sino
que
todo su amor ,
toda
.la
fuerza
que
tiene para amar , toda , toda se
debe reunir
en Dios. Mediten1os,
y
ponderemos todas esas palabras
&n e\ espiritu , con el corazon ,
y
con
el
afeéto ; no nos contentemos
con contemplarlas ,
y
desmen~
zarlas. Bolvamos á leer ·este
pre~
cepto en el Deuteronomio.
Escucha
Israel
:
escucha
con el
corazon : impon silencio
a
toda~
las
<lemas
palabras,
y
pensamientos..
Oye
como se debe oír
a
Dios
quan–
do
habla ,
y
especialmente
quan–
do
habla
de la principal cosa, que
exige del hombre.
Oye ,
o
ver–
dadero Israel!
o
Christ!ano!
o
Fiel!
'
o