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ml
mismo sin
palabras, del
sentido
de estas
palabras tan
.esclarecidas,
y
tan
c~aras
:
voy
a
procurar pe–
netrarlas mas con
el corazon
qne
con
el espiritu. Contemplare
la
verdad
que
contienen ,
para per ...
cibír su
fuerza ,
y
para llenarn1e
pe
ella por dentro,
y
por fuera.
; O,
Jesús! concededme .esa
gra–
cia:
j
O,
Jesus
!
derramad en
mi
alma vuestr9
Espiritu Santo , que
es el ete.rno ,
y
subsistente .amor
vuestro ,
y
de vuestro Padre ,
a
fin
de
que me enseñe
a
a1naros
a
los dos,
y a
amar con
Vos,
come>
a un-solo
verdadero Dios ,
al
Espi–
ritu Santo, que
procede del uno,
y
del otro.
T ninguno se atrevia
4
preguntar-
.
le.
Esta reflexion de
San
Mar\:~S
prueba
lo que
dexarnos
ad
vertido:
y
es, que los que le hicieron esa
ultima pregunta,
a_
lo
menos
al–
gunos de ellos , no le
consu ltarotl
sino para tentarle. Porque
si lo
hu–
vieran hecho
para instruirse
de
~
bue-