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calogo ,
.sino tambien toda J.a
Ley
,
y
los Prophetas:
porque ·todo se redu...
ce
a
que el hombre
haga
lo
que
debe
a
Dios ,
y
á
los hombres:
y
Dios nos enseña ,
además
de las
obligaciones exteriores ,
el princi–
pio intimo , que nos hace
obrar,
que es el amor: porque el gue ama
ni omite , ni falta en nada
al
su-.
'
.
geto a
quien ama.
Admiremos
la facilidad con
qne
Jesu·Christo nos instruye : sin
obligarnos
á
leer '
y a
penetrar
to–
ªª
la
Ley
(lo que
seguramente
no
podrian hacer
l~s
débiles ,
y
los
ignorantes )
reduce toda la
Ley
a
seis
lineas. Para no disipar
nues–
tra
atencion ,
recorriendo
una
tras
de otra todas nuestras obligacio–
nes ,
las
incluye
todas en
solo.
e{
principio de un
amor
sincéro , di–
ciendo ,
que debemos amar
tl
Dios
de
todo corazon
,
y
al
proximo
como
tl
nosotroJ mismos. De
estos
dos precep–
tos
(prosigue)
penden toda la
Ley,
y
todos
los Prophetas.
Ado-