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mas de un monieñto : no debemos
pararnos. Pararnos
a
gozar
de
ellos es renunciar
al
Christianis..
mo ,
y
ft
la esperanza
de
la
vida
venidera.
P~ro
si como
Christianos
de–
bemos
renunciar
aun
á
las
cosas
permitidas '
i
que
pecado
sera
el
nuestro, si
apegamos-
nuestro
co·
razon
a
las
que
no
pueden siquiera
oirse entre los Christianos
~
No
se
oygan
entre 'Vosotros estas palabras
impurez.a,
y
avaricia
5om~ojvi¡¡:
Ephes.ve3.
que
suceda
entre los !antÚ
1
fdf2Fei
3·
12.
Aposto!:
y
tarnbien :
Lo que btu:en
en secreto, no se puede
d~cir
Jin
v.er-.
_g ,uenza.
~99999999999
DI A XL l.
lmmortalidad
de la
alma: resurreccion
de--los
cuerptJ'S.
Luc. xx. 37. 38.
E
L
mismo
Moys}s
ha dicho,
qu~·
ban
de
ira.Ju.citar
Jos
mut:r:tos,,~
-
Je-