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rastro
por
donde poaer
encami•
narla. Estado
muy
comun ,
y
fre–
quente en la vida de los
hom–
brese
Ay.!
~y
!·.Esto es
todo lo ·que
se puede decir.
Con gritos,
con
gemidos ,
con lagrimas,
y
no
con
pal
bras,
y
voces, es
como
se
debe
hablar de tan
infeHz estado.
No
s.abe
tidonde
vd.
i
Ciego,
adonde
vas~
i
Qué camino infelíz
es el que
llevas~ ,
Ay!
ay!
Bu·elve,
buelve
ahora ,
que
aun se descu·
bre el camino. Buelve,
date
priesa
a bolver.
Ah!
·¡
en
quántos
falaces,
e
inhabitables
rodeos,
y
labyrin–
tos
vas
1
a
entrar
! .
Pero
ya
se
ha
perdido :
no
le
descubro ;
no
le
veo:
ni él
se
vé
á
si mismo, ni sabe
donde está. Sin embargo,
el
no se
pára , prosigue
andando , impeli–
do por una especie
de
fatalid ad
in–
feliz ,
y
arra
strado de
·sus
indo
mi–
tas
pasiones.
Buel.ve,
buelve:
pero
no puede : es
preciso,
que prosiga
ade
ante.
¡Que
abysmo
le
espera!
• ué {2recipicio
.}e aguarda
!
Sin
SQ-t