313
todas las cosas
~
Er.estu
a quien
vemos tan
miserable,
y
abatido~
i
Cón10
has
de
atraer
a
tí
todo
el
mundo ,
tu ,
que
eres la
cosa
mas
iofima,
y
menospreciable del
mun–
do~
Ciegos
!
Ah
!
ciegos, ciegos!
No veis; no
reconoceis
en
la
ma–
gestad de su Entrada triunfante,
que en su
mano
estaba el
apare·
cer ,
y
subsistir
cercado
de esta
gloria
mundana~
No advertís,
que
no pierde esa
gloria
por impo·
tencia suya , sino porque
quiere~
El os descubriria ese rnysterio ,
y
os declararía esa verdad si se la
preguntarais
humildemente :
pero
dexais escapar la luz:
y
asi, el que
ha
vía
venido
para alumbraros , se-
ra
para
vosotros
piedra de
escan-
e .
d 1
E
d l
,
¡
c:i.
d.
(d.
i.
onnt.
r.
a o.
1
sean a o
a
os Ju zos
ice
y¡
1'
d
Aposto!
)y
locura
d
tos Gentiles.
.
~
3
•
Contemplemos aquellas
pala–
bras :
La
luz
no e
starc)
con vosotros
rnas de un poco de tiempo .
Conciba–
mos
aquel
~sta do
en
que
se
halla
ltUla alma quando
se
le retira la
Juz.