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atrae con
el
hechizo
de
un
placer
celestial : con aquellas dulzuras
oculta s ,que solamente
las conocen
Jos que
las
han
experimentado.
Nos atrae con nuestra propia vo·
luotad , que
obra
tan
suavemente
en
nosotros
mismos, que
sin
per–
cibir
la mano
que nos
lleva ,
la
seguhnos;
sin
conocer
la
impre–
sion , la obedecen1os. Sigamosle,
sigamosle : pero sigan1osle hasta
Ja Cruz: porque como nos atrae
desde
ella
, es necesario seguirle
hasta ella.
Sigamos.lehasta espirar
con el:
hasta derramar
toda la
san–
gre de
nuestra
alma ; es
decir,
toda
la impaciencia,y viveza natural,
y
reposar en
J
esus solamente. Asi re•
posaremos en la verdad , en la jus–
ticia , en
la
sabiduria ,
en la
fuente
del puro,
y
casto amor.
¡Ü,
Jesus!
A
quien os
halla
todo ·
le
parece
escoria:
todo es menospreciable, .
y
vil
a
quien Vos atraeis
hasta
uestra
Cruz.
¡
O , Jesus
!
i
Qué
irtud teneis
en -
vuestra
Cruz es–
con~