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verdaderos fieles. Debía venir ,
en efeéto
ya
havia venido el tiem–
po en que la gloria de Jesu-Chris
to resonaria
.~an
altamente
por tod
la
redondéz
de la
tierra , que lo
Gentiles se congregarian
al oít
su
voz :
y
seria
Dios adorado
por
tln Pueblo, que no le
ha
via
cono·
cid.o
hasta entonces ,
y
,que
yacia
obstinado en su pecado.
¡
O , piedras
!
¡
O ,
corazones
dures
,!
despertad ,
y
enternecero
con esta8 palabras del Salvador.
9'99~99999c999
ú
I
A VII
l.
Prosigue
lo mismo.
Ibídem.
'AL
mismo tiempo que los
Pue·
blosaplaudian al
Salvador
,y
le
ensalz~ban
hasta
el 'Cielo , sus
,enemigos , no contentos
con ma
nifestar su embidia en sus
palabras,
. rataban
los niedios de
perderle ~
:
La