~s6
reis
les porlreis 'hacer bien.
Las unciones de
unguento
era
mas
aproposito
para la salud
cor-–
poral : en1pleabanse no
solamente
para la delicadeza del
cuerpo ,
sin
tambien por
precancion,
y
por re
medio.
A
los cuerpos
muertos lo
penetraban de unguentos,
y per--–
fumes, para conservarlos incorrup–
t-os: el cadaver no era capaz de otr
, bien.
Esta
especie
de
bienes s·em–
pre
se
podían praéticar con los po
bres;
pero mi Cuerpo no siempre
l
tendreis
presente
,
decía el
Salva•
dor. Con que asiera necesar·o tri–
butarle
aquel obsequio
mientras
lo
tenían delante:
y
quando carecie–
cieran de su presencia , consolarse
baciendolo
con los
pobres ,
cuyo
alivio ,
y
socorro lo recibia , com
si
se
lo
huvieran
hecho
á
él en per
sona.
¡
·Quánto
debemos amará lo
pobres,pues
los tenemos
en
lugar d
Jesu-Christo! Besemos sus pies· inci
tere~emosnos
en
sus
humillacione
y
flaquezas :
derramemos
lagr·
ma