i~f
perfumes
escandaiiz2ron
en do·
ocasiones
a
los
hypocritas '
y
aun
a los
mismos
Discipulos , que no.
sabian ,el mysrerio , que encerra-·
b ar .:
y
que
Jes
1s
defendio dos ve–
ces a aquellas Mugeres de sus pia–
dosos
derrama·mientos.
Perfumar
a
Jesus es
alabarlo:
perfumar la
Cabeza
de
J~sus
, es
alabar,
y
a.dorar
.su Divinidad :
por...
que
Ja
,Cabeza ,de Jesu-Cbri:Sto
(
co–
rno dice San Pablo)
·es Dios.
Perfu~
mar sus Pies,
es
adorar su
Huma·
11idad ,
y
sus
flaquezas. Enjugar
sus
Pies
con los cabellos,
es arra·
jar
á
sus
sagradas Plantas los ador–
nos
mundanos,
y
atJn
la
misma
cabeza ·con
todas las
vanidades,
y
adornos del siglo. Entonces una
alma Christiana
lo
sacrifica
todo ~
Jesus , oo quiere a.gradar mas
que
a
su Magestad.
i
Los cabellos ,
que
han tocado los Pies de Jesus po..
drán
servir jamas
á
la
vanidad?
De
esta
suerte quiere ser amado
Jesus.
·Solo
el
es digno de tal amor, .
y
de
·
ta-