Matth.
SI·
32.
~ºº
todo
asistiremos ;
p~ro
qnando
se
ha de llegar
a
la execucion'
todos
estos
buenos propositos desapare- .
cen. De esta misma
éondicion eran
·los
Judios '
a
quienes dixo
J
esu–
Christo :
Que
las
mugeres
de mala
xx.
.d
l
bl.
.
vz a
,
y
os pu
ican os eran mejores
que
ellos.
Vuestra
exterior
piedad
os
mantiene en la opinion
falsa
de
que sois virtuosos. Los que son
manifiestamente
malos
se
aver–
guenzan de
~r
mismos ,
y
se
con-
.
/
vertuan
antes
que
vosotros.
. Considerad
aquellos
dos
Jove•
.aics
de la
parabola : el uno
tiene
_verguenza
d.e
desobedecer
abiertaca
mente
a
su padre, diciendole :
No
'luiero;
pero aunque
no
se lo dice,
no le obedece ,
sigue su incli nacion,
y
no hace
nada
bueno..
El otro
le
responde
abiertamente
a
su
padre:
No quiero
;
al punto
conoce
la
falta
de su
insolencia
,y
obedece.
Ei
pri....
mero
tiene la presuncion de
que·
rer
pasar
por
virtrtoso ,
y
no
lo
es
Jnas que
en
v~oas
palabras ;
por
. es•