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que nos
anima.
Es
necesario,
pues , hace
~ºs
tratables ,
y
aco
modarnos
voluntariamente
con
nuestros .proximos.
Porque
Je·su-–
Christo ha dicho , que si
conoce–
mos qué
nuestro
hennano
esta
tor-:
cido
con nosotros , nos anticipemos
á
darle
la
satisfaccion
que
quiera,
y
prefiramos
la
reconciliacion al
sa–
crificio. Pues ahora aun estrecha
mas esta obligacion,
y
excluye
de
nosotros
totalmente
el espiritu de
la venganza. .·
Ojo por ojo,
y
diente por
diente•• ;,
se
les:
permitia
a
los antigos : ·esto
parece
una especie de
injusticia;
pero :Jesu-Christo no les
permite
il
los.
Christianos el
que se
vengen
· por su mano , ni, procuren el
que
otros
les
venguen.
Si
la
justicia
p1í.–
bli<!a
reprime las
violencias ,
el
Chtistiano no lo estorva ,
y
respeta
1
·Jas
·Grdenes
públicas: pero
per
·si
lbtsmo,
en
ve'h de
tomar
satisfao–
cion
del que le dá
una
bofetada '
le
presen,tara
la otra mexilla ;
antes
-.
·
en-