112.
de
qualquiera
otra suerte, se
le
manda, que responda unicamente,
si
,
o
no.
En
una
expresion tan.
sencilla
no
puede
haver
mentira.
Esta
expresion
tampoco
sufre
ro–
deos,
ni amphibologias ;
porque
sencillamente
afirma ,
o
nie–
ga : . la
sinceridad de
uo Chris–
tiano debe ser tan
perfeéta ,
y
tan
clara , que
qualquiera se
arenga
4
a
su palabra,
y
la
crea mejor
que
si
hiciera mil juramentos.
Esta
sentencia es
muy
fuerte:
Porque. todo lo
demds
viene
det mal,
(J
del
maligno
:
esto es, todo lo
que
se dice
<lemas
de
si
,
o
no
,
lo ha
introducido la
dureza de
los
cora..
zones , la
n1alicia,
y
la perfidia,
en una palabra , el Demonio. Bol–
vamos al
origen :
hagamonos
tan
~reibles
por nuestra sinceridad,
que
todos se
fien de
nosotros
a
esta sim·
ple afir.macion ,
o
negacion,
si
,
o
no
;
esto es así
;
esto no
es
asi.
No seais
tan
decisivos, ni
tan
afirmativos:.
no
~xa~ereis,
ni
us~!s
de