(-II5)
d
oido,
y
no :~~ntenderek;·
y
viendo,"
yereis,
y
no .vereLs. Porque
el
corazon
de ~ste Pueblo se
ha
encrasado,
y
han
endúrecido sus oidos,
y
han cerrado
sus
oj.os, para no ver con los ojos; ni
oir cc:>n
los oidos, ni ente.nder con
el
<¡;orazdü,
y
1'10 ·_convertirse:
para que
yo
no les sane. · Pero felices vuestros
ojos, porque yen,
y
vuestros oídos, por–
que oyen. Porque en verdad os digo,
que ·much0s Profetas,
y
Justos ·desea–
ron
ver las cosas que vosotros veis,
y
110
Jas .vieron,
y
oir
las
cosas que ois,
y
no
las
oyeron.
.
_
Vosotros ·, .pues, oid
la
Para.bola
del S.embradcir ,: Todo aquel que oye .
la
pafabra
del Reyno
celestial)
y
no
la '
entiende,
viene
eLespíritu .malo,
y
ro–
ba
1~
que se sembró
en ·
su, corazon:
este es:
el que recibió
la
simtente cerca
del camino.
El
que recibi6 .la simiente
en
·1ugares
pedregoscos , es aquel
que
oye
la ·
palabra-,
y
al principio
la
recibe
•
•
I
•
con gusto; pero no tiene ra1z
en s1, s1110
que
es
temporal, ,_e.s
inoonstante,
y
no
pe:rsev~ra:
y quando viene alguna tri-.
JI
2
bu-