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tor Lamas
y
Ministro Dr. Tejedor para que se apersonasen al
General Aparicio
y
recabasen de él la aceptacion de las ne–
gociaciones de paz iniciadas.
Dichos señores, despues de haber permanecido un dia en la
capital
y
celebrado una conferencia el general Moreno con el
Presidente de la República, marcharon para el campamento
del ejército revolucionario escoltados por una pequeña fuerza
que les facilitó el gobierno al mando del Capitan D. Rafael Me–
deiro, regresando inmediatamente
á
Montevideo
y
despues
á
Buenos Aires con
lo~
señores Coroneles Juan Pedro Salva–
ñach, Juan Francisco Pampillon
y
Francisco G. Cortina, que
se les habian reunido en el campo nacionalista,
y
conduciendo
la siguiente nota del General en Jefe de la Revolucion:
e
Eéjrcito Nacional.
Campamento en el Durazno, Diciembre 8 de 1871
Senor Ministro:
>
Informado por el general D. Lucas Moreno de la noble interposicion del
gobierno argentino para busca1 el término de la guerra civil en esta R epública
interposicion que ha sido ya aceptada por parte del general Batlle y llegado el
caso de manifestar á V. E: la disposicion en que á tal respeto se encuentran
los ciudadanos que forman en las filas de la Revolucion, tengo el honor de
declarar en su nombre al gobierno de V. E. que animados hoy como siempre
que se ha presentado una tentativa de pacificacion del pais, del mas ardiente
deseo de ver
realizadas las aspiraciones nacionales por otros medios que los
de la guerra á que nos hemos visto obligados,
aceptamos por nuestra parte
con la mayor sinceridad y buena fé, el valioso
concurso que ofrece hoy el
gobierno argentino, halagándonos la esperanza de que por esta vez no se han
de oponer obstáculos invencibles
al logro de
los deseos de un país que sin
duda verá con simpatia la alta ingerencia del gobierno de un pais hermano y
amigo, que con el ejemplo de
su libertad y de su progreso,
nos manifiesta
cuales son los beneficios de la paz donde imperan las
instituciones bajo
los
auspicios de un buen gobierno.
>
Desde
luego podemos afirmar á V. E. es bien posible, puede decirse
segura, desde que el Gobierno del General Batlle, sobreponiéndose á las pa–
siones y á
exigencias
injustificadas, ofrezca á nuestros correligionarios las
garantias de que se han visto privados para su vida, para sus intereses y
para el libre ejercicio de sus derechos civiles y políticos.
>
Tenemos plena confianza de que el Gobierno Argentino ha de reconocer,
cualquiera que sea el éxito de la mediacion, que los ciudadanos comprometi–
dos en la revoll!cion, no abrigamos ninguna mira de ambicien personal, ni de
ódio, ni de esclusion para nuestros adversarios políticos.
>
Aun en medio del desórden y perversion de ideas que trae consigo la