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Estado Oriental-Nuevo Humaitá -Como
lo hicimos saber; el dia
1
C)
el
toque de alarma que se oyó ea la Villa Artigas; fué el avanzar
á
degde–
llo las fuerzas del Coronel Manduca Cipriano, quien al llegar
á
la poblacion
nada encontró en ella sino algunas familias y algunos muebles de colorados
que se retiraron de allí en buen órden .
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Algunos individuos de tropa pertenecientes
á
las fuerzas de aquel Coro–
nel, al entrar en la poblacion no respetaron nada, inutilizaron los pocos mue–
bles, camas y tren de cocina que creían de propiedad de las fuerzas del
Gobierno.
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He aquí las maniobras que practicó el enérgico Capitan Juan de los San–
tos, Comisario de la villa de Artigas, al mando de 30 hombres.
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El dia
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supo éste que se aproximaban las fuerzas del Coronel Mandu–
ca Cipriano, fuerte de 300 y tantos hombres; en este mismo dia ordena
á
su
guarnicion para que en la mañana del dia
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estuviese pronta para dar un
paseo militar; esto con toda sangre fria.
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Todo se preparó para la hora convenida y el Capitan Juan de los Santos
al frente de su pequeña guarnicion, con la bandera orien tal desplegada reco–
rrió las calles de dicha villa dando vivas al Gobierno,
á
su ejéri:ito, al Gene–
ral Fidelis y al intrépido Coronel Manuel Amaro Barboza; despues de hecho
esto se posesionó en una isla situada en territorio oriental y guarnecida por
su naturaleza; allí anocheció esperando ver lo que h acia el enemigo.
e
Luego de llegar Manduca Cipriano
á
Artigas y teniendo conocimiento que
Juan de los Santos se habia refugiado en la Isla, se dirigió
á
ella con t1ida
su fuerza contando con la facilidad de desalojarlo de allí.
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Los primeros oficiales y soldados de los revolucionarios sedientos de san–
gre se lanzaron sobre la presa para devorarla, pero Juan de los Santos se ha–
llaba preparado á morir peleando por la justa causa de su Gobierno; en la
primera carga que llevaron quedaron muertos dos soldados de la revolucion y
en la segunda dos individuos mas, uno de ellos oficial, y segun se dice hijo
de José Muñoz, á mas de nueve heridos entre ellos algunos oficiales, y de
gravedad el Mayor Galarza que abandonó la fuerza y segun nos consta vino
á
curarse á esta ciudad.
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Los revolucionarios, viendo así perdidos sus esfuerzos se retiraron dejando
en paz á Juan de los Santos sin tener este que lamentar pérdida alguna, mien–
tras Manduca Cipriano tuvo
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pérdidas fuera de combate.
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El Capitan Juan de los Santos permenece aun en su nuevo Humaitá para
dar lecciones á los revolucionarios hasta que sea reconocido por el General
Fidelis que muy pronto estará en la villa de Artigas.
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A..
nuestro entender el Capítan Juan de los Santos se ha hecho acreedor
á los encomios de su gobierno y á la vez es una gloria para sus subalternos.
Julio 22-El
Coronel Uran derrota las caballerías del Coman·
dante Tolosa en el Arroyo de las Vacas, departamento de So·
riano, haciéndole varios muertos y heridos.
fulio 24-El
Coronel Carabajal, segun lo menciona el parte