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Olivera, con el objeto de facilitar la presentacion de los dispersos. No dudo
que un gran número de estos se acojan al generoso indulto del Gobierno.
>
Solo me resta felicitar
á
V. E. por este triunfo que aunque pequeño es
de sumo interés para la pacificacion completa del departamento.
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Dios guarde á V. E. muchos años.
Elias B orchez.
Agosto
7-El Coronel U ran, despues de derrotar al Coman–
dante Tolosa en el arroyo de las Vacas, siguió marcha para
Perico Flaco en la costa del Rio Negro. Una vez aquí (el dia
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dé Agosto) comisionó al Comandante Bellido con 40 hom–
bres para que le sacara las caballadas que tenia ocultas el
Comandante Polidoro Riera en el paso del Correntino en el
mencionado Rio Negro, cuya comision fué cumplida inme–
diatamente, ordenándole despues que descubriese al Coronel
Galarza que se encontraba por aquellas inmediaciones.
El Comandante Bellido se ocultó esa noche en la isla de las
Pescadoras, barra de Requeló, marchando al amanecer del dia
siguiente (7 de Agosto) hasta el Arroyo Corto donde lo encon–
tré al Coronel Galarza vadeando el paso con una division de
200 hombres; tratando Bellido tambien de vadear dicho arroyo
por la parte que !-lace barra con el Rio Negro, logró vadearlo
tomando el arroyo Cololó en direccion
á
Falcon, pero el ene–
migo lo persiguió teniendo la necesidad de abandonarles el
caballo ensillado y montar en
pelos
en el
reserva
para poderse
salvar de la
p~rsecucion .
Llegado Bellido donde se encontraba el Coronel Uran con su
division, fuerte de 400 hombres, acampado en la costa de Colo–
ló, avisa que el Coronel Calarza se aproximaba al campamento,
á lo cual Uran hizo poco caso, no demorando ni dos horas que
se presentara aquel jefe en el campo arrollando todo lo que ha–
llaba á su paso y matando un ayudante del Comandante Co–
rrales y á dos ó tres individuos que encontró por delante. El
Coronel Uran trató de hacer montar en pelos á su gente y for-–
mar, pero fué imposible; en seguida se produjo una gran confu–
sion y fueron completamente derrotados, perdiendo setenta y
tantos hombres entre muertos y ahogados en el Rio Negro y
dispersándoles el resto, contándose entre los primeros el Te
niente Juan Cosidoro, que en la dispersion dió vuelta cara y se
trenzó
á lanza con un oficial de Galarza, siendo muerto en leal
y
caballeresca lid. U ran salió herido levemente de un lanzazo