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haciendas, ya ftor.eoientes á la sazon, y los enviara á los merosdos de
la madre-pátria; ylsi bien es cierto que en aquel tiempo era conside–
rable el eomercio de contrabando , ejercido principalmente por los
Ingleses y los fortngneses, es eviderite que sólo las mercancfas finas
europeas podían importarse de este modo,· ñacit\ndose imposible la
exportaoion de los productos volu.mino»es-deLpals.
Entretanto llegó el año 1810 ·y
jun1~.
Mn él la revolucion del
vireinato de Buenos Aires contra el dominio español, en cnya con–
secuencia se facilitaron mucho las relaciones comerciales, pero por lo
pronto no tuvieron resultado los decretos del caso, porque la España
continuó dominando durante algunos aiios la embocadura del Plata
1•or medio de sus fortalezas en Montevideo
y
de sus
buqb.esde
guerra. Cuando por fin vino
á
ser completa la emancipacion de la
España, ruinosas guerras civiles estallaron en el Interior,
v
como
resultado de estas querellas, se estableció en Buenos Aires, en 1835, el
famoso dictador Rosas, quien fortaleció su dominio en Buenos Aires,
6.nico puerto entonces de la Rep6.blica, por la ostentacion de un
americanismo ó nativismo brusco, llcvade basta el
e:~:tremo,
lo que
conduela
á
conflictos continuos con las potencias marítimas europeas,
conftictos que,
á
su vez, fueron causa de bloqueos que duraron
varios años. J,a Ft·ancia y la Inglaterra, muy poco al corriente de'
las condiciones de este país, no podían reconoce•· que la conducta
adoptada en sos relaciones con Rosas, venfa
á
robustecer el dominio
de este tirane, que tenía el mayor interés en conservar·la debilidad
del Interior y so dependencia de la Ciudad de Buenos Aires que
dominaba por comvleto.
Despues de la caída de Juan Manuel Rosas, en el año 1852-(para
recordarlo aqní como curiosidad, Rosas fné llevado
á
Inglaterra por
nn navfo de guerra inglés y recibido por las autoridades inglesas con
demostraciones honorf6cas)-el país pudo respirar libremente
1
todas
las restricciones del comercio cesaron
y
la navegacion ftuvtal fué
declarada libre para todos los pabellones. Este decreto del Director
Provisorio de la Confederacion Argentina, el General Urquiza,
vencedor del Dict.•dor Rosas, lleva la feeba del 28 de Agosto de 1852
y fné puesta en ejeoucion el
1°
de Octubre próximo siguiente.
El desarrollo de la República Argentina, comienza, pues, con el
año
1853,
ó
mas bien con el de 1862, en que la Nacion se constituyó
de6nitivamente; y cuando se contempla ahora el progreso en todo
sentido alcanzado por el país en tan corto período, de
18G2
á
1875,
no se puede negar qne tal adelanto no tiene Diva!.
La extension de la Rep6.blica Argentina es de
4.195,500
o kilóme–
tros, con una poblacion alrededor de 2.400,000 habitantes. Exten–
diéndose desde el
20°
hasta el
56°
de latitud Sor
y
desde el
53° 30'
hasta el 71°
30'
de longitud Occidental (Meridiano de Greenw. ),
la República Argentina no forma parte de los paises tropicales
propiamente dichos, aunque todos los productos de la zona tórrida