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grupos indios de México, delegados de las tribus indígenas
de los Estados Unidos, un delegado indio y maestro de Pa–
namá, cuyo nombre vale la pena recordar: Rubén P,érez
Kantule. EstabaR además, dos delegados chilenos <ile su
arauaanía, o sea la india:nidad de Chile.
Al &iguiente día de esta memorable sesión se realizó
otra p.o menos trascendental:
'la
de los
representa~es
indí–
genas exclusivamente para discutir sus pronios problemas
e indicar al Congreso sus aspiraciones mayores. Así se
hizo en efecto,
y
el Congreso en pleno _acordó .
seña~ar
justa-.
mente ese día -19 de abril- como
~1
simbólico Día del In–
·dio en América.
Tal es el origen de esta celebración continental. Era
preciso indicar someramente las razones para haberse se–
i'íalado esta fecha a fin de justific·ar la gestión modesta pe–
ro sincera que, en homenaje a este día, ofrece el Ministe–
rio qe Previsión Social del Ecuador. Para el efecto, publi–
camos· el Mensaje a que, en líneas anteriores, se ha ,hecho
referencia,, traducid(i) al quechua mediante la participación
de un inteligente profesor ecuatoriano. Asi mismo,
y
como
un anhelo yalioso de intercomunicación americana, hemos
pedido qpe varios alumnos indígenas del Normal Rural de
Uyumbicho respondieran a aquel mensaje, respt'lesta que
consignamos en este opúsculo tante en castellano como en
quechua.
Puede no tener mayor trascendencia lo que hemos he–
cho.
En todo caso la emoción indigenista pura y sin–
cera que tratamos de despertar, de conseguirla, sería en sí
misma valiosa. Cuando aún no es posible ir por la ruta
d~
la acción buena y práctica; cuando falta todavía para en–
trar con plenitud de voluntad hada la bien entendida protec–
eión del. indio en nuestra Patria; cuando es preciso recorrer
Btapas previas para que la Nación sepa
y
se persuada que
Jos indios, que virtualmente son suyos., ihtegran su pueblo,
forman parte de su estructura, son cuotas humanas de su
arquitectura colectiva, es natural que la emoción primera.,
emoción o sentimiento indigenista sí son valiosos o intere-