La estimativa y la crítica de "AGUA" y "CANTO
KECI--IWA", oscila entre la constataci•Ón certera y en•
tusiasta de los valores positivos que, desde el ángulo
de sus preocupaciones políticas, inicia G.enaro <:;arnero
Checa hasta el descubrimiento del "exacerbado indige–
nismo" de otros. Lo esenctal es que, en todo lo escrito
sobre Arguedas, no est!in ausentes las dos corrientee.
de estos días: el chauvinismo blanco, lindante con el
""racismo"" germano y· la serena valoración de un apor –
te necesario e inevitable del Perú indio, al desenvol–
vimiento del país. Dentro de estas tendencias caben
todos los matices. Pero lo que evidencia el· menguado
y decadente juicio de los pontífices del colonialismo,
es la conspiración de su silencio. Esta crítica ,se - cpn–
creta a un corrosivo y disolvente cuchicheo que niega
a todos los valores que no sean los de la casta antipe··
ruana. Y por muy objetiva que se pres'ente toda crí–
tica no puede dejar de tomar en cuenta ·Siempre un.
si~tema de ideas determinado. Por eso, no .podem.os eo–
perar unahimidad. La sola trascendencia social de los
libros de )osé María Arguedas sería bastante para jus–
tificar el silencio o el vulgar regateo dominante.
Ya Arias Larreta, comentando "AGUA", consta–
tó que hubo necesidad de una
consa~ación
extranje–
ra, a través del premio
d~
la "Revista Americana" de