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renovando el mapa glotológico del mundo austral, y Franz

Bopp había establecido sólidamente la doctrina y el método

de la gramática comparada, demostrándose ya maduro en aquel

tiempo el concepto de la clasificación genética de los idiomas y

la idea de familia lingüística. Esta huella fué seguida posterior–

mente en el panorama americano por von Martius, P. Ehren–

reich,

L.

Adam, etc.

Hay que acercarse a la última década del 800 para encon–

trar un movimiento real y amplio de renovación en la ciencia

lingüística americana. Casi contemporáneamente en América

del Norte y en la del Sur surgen corrientes poderosas, con

cuyo estímulo un grupo de americanistas ilustres reavivan el

interés de los investigadores en torno al problema de las len–

guas, y construyen, mediante la revisión crítica del inmenso

acervo acumulado en los siglos precedentes, aquellas enciclo–

pedias glotológicas que llevan los nombres de Brinton , Lafone

Quevedo y Mitre. Los discípulos de Brinton y sus continuado–

res consiguieron en Norteamérica realizaciones siempre más

metódicas y modernas (PowelJ, Boas, Kr oeber, etc.), mientras

entre nosotros la obra de Lafone y Mit re t uvo por continuado–

res 'Únicamente a

R.

Lehmann-Nitsche y F . F. Outes.

Al reseñar la biqli_?grafía de los dos autores elegidos como

símbolo del desarrollo científico de principios del 900, puede

observarse una diferencia de carácter técnico y expositivo que

interesa sumamente al que se propone presentar un bosquejo

ele las lenguas indígenas del país.

SISTEMA NATURAL Y SISTEMA GEOGRÁFICO DE CLASIFICACIÓN

Es evidente que Mitre y Lafone Quevedo representan dos

si temas distintos. El primero afronta deliberadamente las

grandes y sustanciales cuestiones del continente, como ser la

clasificación de los grupos lingüísticos de la Amazonia, el área

y

la influencia de las familias lingüísticas andinas y otros esen–

ciales problemas que abarcan en general el territorio americano,

para enfocar luego los idiomas hablados en tierra argentina.

El segundo autor, en cambio, toma como campo de su inves–

tigación el área limitada por las fronteras de la Argentina y