Table of Contents Table of Contents
Previous Page  40 / 108 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 40 / 108 Next Page
Page Background

32

LA CATEDRA

==============~==========

canos. En resumen, fué una tarde de ar–

te nativo, la que, al conclu ir, no presen–

tó esos desagrada bles cuadros

de

em–

briaguez y desorden.

Trío-Orquesta.-

Muy de propósito

no

qu isimos de–

cir nada, en los títulos anteri ores, dt: la

orquesta de la romería.

i Oh, serán inolvidables aquellos mo–

mentos de duilce emoción,

vividos

tan

grJtamente en el camarín de la Virgen ,

eu:>.1do los co r.a¡zon es parecían querer es–

tall ar, al sentir descender hasta sus 1nás

d~licadas

fibras, las notas de .iolor

que

entre gemidos de armonías, o en himnos

de júbi!o

y

victoria,

brotaban

copiosa,_

mcn e

l'

sin

tasa ni medida má:; que de

los instrument-os, del a:lma de los anis–

tistas.

Formaban el trío : el Maestro pianis–

ta José Samsó, el violinist·a· Sr. Aranibar

y el Sr. Teófilo Molina, que co laboró to–

cando la flauta.

Varios

otros

señores

presta·ron

también su entusiasta concur–

so. Bl maestro Samsó, ex Director de la

Orquesta del París, actual profesor· del

Conservatorio Nacional de Música,

tan

estimado en la sociedad de La Paz, caba–

ll ero y artista de verdad, ya mucho an–

tes de fijarse siquiera la fech a de la ro–

mería soñaba con llevar hasta las pl•an tas

de la Virgen de Copacabana, una gran

or.:¡uesta, que al pulsar sus instrumentos

obsequiara, a María, con sus más puros

y delicados ncordes.

La Schola Cantorum.-

Algúien ha dicho: " dadme un cora–

zón lleno de fe, y con él os co nquistaré

el mundo".

Está por demás, cualquier

elog io o alabanza que pudiéramos hacer

al hablar de ese grupo de Sras. y Srtas.

que, con la co nstancia y ·desinterés más

admirables, tarde por

tarde,

dedicaban

unas horas

pa.ra

preparar misas, letanías,

himnos, bajo la dirección

del maestro

Samsó. Querían llevar a Copacabana, no

el pobre tartamudeo musical de nuestras

iglesias, si no un selecto repertorio, ofre–

cido, más que con arte, con superabun–

danoia

d·~

buena voluntad.

Las misas de la Novena, las salves,

llegadas y despedidas, las ceremon ias de

la noche, adqu irían un sel•lo de devoción

muy gran de, cuand o se escuchaban

las

blancas voces, llenas de du lzura y suavi–

dad, de las Srtas, que forma ban la " Scho–

la cantorum".

Ya la Madre del Amor Hermoso ha–

brá premiado este esfuerzo, enviando a–

bundosamen te 'las bendiciones del cielo,

sobre ellas y sus familias. Formaro n par–

te del coro las siguientes Sras. y Srtas.:

Sra. Dolores de F. Samsó, Srtas. Merce–

des y Emma Sagárnaga, Cecilia y Mire–

ya Montes de Oca, Rosa Balboa, Emma

y Cristina Herná ndez y muchas otras cu–

yos nombres no recordamos.

Funciones literario-musicale

.-

Los afanes de un émulo del pintor

El Sr. Aranibar, de exquisito

gusto

griego Apeles, nos hicieron entrever que

artístico, mañana y tarde tení•a' entre sus

manos su violín, al que supo arrancarle

con igual facilidad

sollozos

cuando la

gente lloraba, himnos de júbi:lo y alegres

marchas cuando las campanas o las cir–

cuns tan cias anunciaban horas de paz pa•

ra todos.

alguna novedad

literaria nos esperaba.

La

Ca.sa

Cura!, que

poco a poco se iba

transformando, nos confirmó en

lo que

pensábamos. Efectivamenne,

\un distin–

guido grupo de señoritas

ro~eras,

nos

sorprendió llevando a tablas en una pri–

mera función el drama de in tenso argu-