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LA CATEDRA
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canos. En resumen, fué una tarde de ar–
te nativo, la que, al conclu ir, no presen–
tó esos desagrada bles cuadros
de
em–
briaguez y desorden.
Trío-Orquesta.-
Muy de propósito
no
qu isimos de–
cir nada, en los títulos anteri ores, dt: la
orquesta de la romería.
i Oh, serán inolvidables aquellos mo–
mentos de duilce emoción,
vividos
tan
grJtamente en el camarín de la Virgen ,
eu:>.1do los co r.a¡zon es parecían querer es–
tall ar, al sentir descender hasta sus 1nás
d~licadas
fibras, las notas de .iolor
que
entre gemidos de armonías, o en himnos
de júbi!o
y
victoria,
brotaban
copiosa,_
mcn e
l'
sin
tasa ni medida má:; que de
los instrument-os, del a:lma de los anis–
tistas.
Formaban el trío : el Maestro pianis–
ta José Samsó, el violinist·a· Sr. Aranibar
y el Sr. Teófilo Molina, que co laboró to–
cando la flauta.
Varios
otros
señores
presta·ron
también su entusiasta concur–
so. Bl maestro Samsó, ex Director de la
Orquesta del París, actual profesor· del
Conservatorio Nacional de Música,
tan
estimado en la sociedad de La Paz, caba–
ll ero y artista de verdad, ya mucho an–
tes de fijarse siquiera la fech a de la ro–
mería soñaba con llevar hasta las pl•an tas
de la Virgen de Copacabana, una gran
or.:¡uesta, que al pulsar sus instrumentos
obsequiara, a María, con sus más puros
y delicados ncordes.
La Schola Cantorum.-
Algúien ha dicho: " dadme un cora–
zón lleno de fe, y con él os co nquistaré
el mundo".
Está por demás, cualquier
elog io o alabanza que pudiéramos hacer
al hablar de ese grupo de Sras. y Srtas.
que, con la co nstancia y ·desinterés más
admirables, tarde por
tarde,
dedicaban
unas horas
pa.rapreparar misas, letanías,
himnos, bajo la dirección
del maestro
Samsó. Querían llevar a Copacabana, no
el pobre tartamudeo musical de nuestras
iglesias, si no un selecto repertorio, ofre–
cido, más que con arte, con superabun–
danoia
d·~
buena voluntad.
Las misas de la Novena, las salves,
llegadas y despedidas, las ceremon ias de
la noche, adqu irían un sel•lo de devoción
muy gran de, cuand o se escuchaban
las
blancas voces, llenas de du lzura y suavi–
dad, de las Srtas, que forma ban la " Scho–
la cantorum".
Ya la Madre del Amor Hermoso ha–
brá premiado este esfuerzo, enviando a–
bundosamen te 'las bendiciones del cielo,
sobre ellas y sus familias. Formaro n par–
te del coro las siguientes Sras. y Srtas.:
Sra. Dolores de F. Samsó, Srtas. Merce–
des y Emma Sagárnaga, Cecilia y Mire–
ya Montes de Oca, Rosa Balboa, Emma
y Cristina Herná ndez y muchas otras cu–
yos nombres no recordamos.
Funciones literario-musicale
.-
Los afanes de un émulo del pintor
El Sr. Aranibar, de exquisito
gusto
griego Apeles, nos hicieron entrever que
artístico, mañana y tarde tení•a' entre sus
manos su violín, al que supo arrancarle
con igual facilidad
sollozos
cuando la
gente lloraba, himnos de júbi:lo y alegres
marchas cuando las campanas o las cir–
cuns tan cias anunciaban horas de paz pa•
ra todos.
alguna novedad
literaria nos esperaba.
La
Ca.saCura!, que
poco a poco se iba
transformando, nos confirmó en
lo que
pensábamos. Efectivamenne,
\un distin–
guido grupo de señoritas
ro~eras,
nos
sorprendió llevando a tablas en una pri–
mera función el drama de in tenso argu-