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Rein a que a su vez les esperoa•ba co n los
brazos abiertos.
Una
ola
humana
se
precipi tó en
el Camarín,
todos querí¡¡n ser los pri–
meros en besar la Imagen. Comenzó es–
ta ceremon ia,
co n
la
entonación del
Himno Nacionml. Una vez más, con un–
ción pntri6tica
d.,
verdaderos bolivianos,
jur<t mos
todos ante la So berana
d~
la
Patria :
"Morir antes que esclavos vi–
vir''.
Fu6
interminabi·~
el desfil e ele
los
romeros, en un silen cioso recogimiento,
interrumpido
por
d
so llozo,
lo
que
no podían decir ias palabras,
lo decía
ese
b~so
ardiente, síntesis cabal del tri–
buto filia l que por ellos y por los seres
queridos ausen tes¡ iha·n estampando so–
bre las manos de la Virge.n y del Niño ,
fobre el manto y los pies. Era necesaria
la energía de los PP. para obligar a pa–
sar rápid¡¡mente, nadie quería separarse
de su Madre. No co ntentos con besarla,
limp iaban el rostro de la Im agen co n al–
godones,
lo tocaban con estampas, me–
riall as, cart•as, retratos, pañuelos, etc., al
mismo tiempo que depositaban unos cen–
ta·vos de limosna, para las necesidades
del cu'lto .en el Santuario y todos, en
una
palabr·a•, le dirigían su plegaria fervoro–
sa
y
sentida.
Fué un día de grandes emociones,
su recuerdo será duradero para cuantos
tuvimos la suerte de estar tan cerca de la
Madre bendi ta y estamos seguros de que
~sa
demostración de sincera piedad fi –
lial del pueblo de La Paz, le ha de a traer
las bendi ciones que tanto necesi ta, para
conservar sus creencias y ·la fe de sus ma–
yores.
La bendición de la Capilla de La Paz.-
LA CATEDRA
1927, 28
y
29,
deben
estar
orgull osas!
Han· dado una prueba· más, de lo mucho
que se puede, cuandu al calor de la fe se
promete algo. Supieron sa•lir .airosos
y
un
merecido triunfo ha coronado sus esfuer–
zos.
Ahí se levanta, al costado derecho de
la Iglesia
y
en primer térmi no, sen2ilb ,
pero hermosa, una pequeña capiHa. So–
bre un a b!'on cea•da pu erta,
se
lee la si–
guiente inscripción : " Las
romerías
de
1927, 28
y
29".
En Sti interior se levanta
un peq ueño alta r, en cuya parte supe–
rior, pintado al óleo, se ve un paisaje, re–
J}resentando entre las nubes
a
la S. Vir–
gen
y
abajo el pu.etblo de Copacabana.
Las imágenes de la Vi rgen de La P'az, d·:•l
Sagrado Corazó n de Jesús y de S. Anto–
nio, completa n el altar. Las paredes late–
rales tienen bellos frescos al óleo, repre–
sentan do a S. Francisco,
recibiendo
el
cuerpo de Jesús en el descendimiento y
al frente la Inmaculada de Murillo.
Es Domingo. Una numerosa co ncu–
n·encia que ocupa el atrio, espera la• cere–
monia de la bendición. El R. P. Daniel
Ortiz, por delegación del R. P. Comisario
Visita.dor, di ó principio a la bendición de
la Capill a,-de la que fué madrina la Sra.
Corina v. de Palma. Actuaron de padri–
nos de las imágenes: de N . Sra. de La
Paz, el Dr. José Antezana y Sra.; de la
imagen del S. Corazón de Jesús, la Sra.
Susana v. del Casnillo
y
de la de S. An–
tonio, la Sra. Mercedes v. de Sagárnaga.
En vibrantes palabras, que fueron la
expresión de su alma conmovida, el R.
P. Solís hizo ver la emoción
de que se
hallaba poseído y la satisfacción que sen–
tía al entregar esa ofrenda del pueblo de
Murillo a la Rei na Coronada de Bolivia.
Le contestó no menos conmovido el
¡Las
romerías
paceñas de los años
Dr. José Antezana, h¡¡ciendo ver la gran