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habitantes de
Am~rica,
así como toda la humani–
dad. es ya cuestión inútil, !pOr resuelta. La ver–
dadera ciencia y los libros santos me parece que
están acordes sobre este punto s1.o1stancial.
Si
yo ·he
discurrfdo algo acerca de él, ha sido solamente
porque deseaba comunicar
á
usted, bondadoso Sor.
Douay, mi conjetura de que el quichua. tien,e al–
gún parentezco, siquieru. lew-e y remoto, con el
ya~
mat0 del Japón. ada importa q11e esta presun–
ción sea desacertada. En la investigación cientí–
fi~,
como en las campañas militares, no suele, de
u inario, venir el triunfo sino después de conse–
cgtj:vas derrotas.
Errando errando deponitzw error.
Disimule ' usted cuanto haya de empírico en
esta difusa carta. Culpa es de mi cQrto ingenio,
escasa erudición y poca
~rspicacia.
Lo es, sobre
todo,
de~la '
falta de obras espedales que consul-
1Jar, para mi ' ilust;Lia.ción ó desengaño.
A
particular lionra tengo el repetirme su muy
atento
v
obsecuente amigo y servidor,
--
NOT.Ar-ne
algunas erratas adolece, sin
duda-, la.
impresid'n, :poco
e§merada, de este escrito. Fácilmente lfas podrá notRr
y
cor~eg1r
el
}ectOJ: ilustrado.
N
o enméndaré, pues, más quEll!lllla, sustan\i,al, . q11e
se ha deslizado en la página 28, donde se diue que "
ima
es _ad–
jetivo ue ini:er'i'l5gación." Cierto que
lo
es en muchos casos,
Slell-.
do también sustantivo en otros;· pero en
Imtt~
sumac,
nombre de la
otagbpista del
Ollantay,
es.adverbio
de
ponderación; porque ese
nombre { de índole
ao muy
quicha~,.
en coucepto mio)
pa~ece
que
sigttiíica.
cuán bella
!
qué
b~la
!