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ejercido por cualquier otra civilización aje–

na a la

aimara;

la cual -en contrario–

ha dejado nombres netamente suyos en to–

dos los pueblos que sojuzgó e hizo partíci–

pes de su adelantada cultura; en el actual

territorio nacional, en los países comarca–

nos y en los más alejados de las Américas

gardo y otros, se llamaba también HUINAY–

MARKA, ciudad madre.

Como antecedente ilustrativo presenta–

mos la siguiente lista alfabética, de los dife–

rentes nombres asignados a

Tiahuanako'

por

escritores antiguos y modernos, con sus res–

pectivas significaciones:

del Sud, Centro y Norte. Hasta

en Asia, África y Oceanía, don–

de aún existen vocablos toponí–

micos privativos del idioma ai–

mara, al cual el gran poligloto

Villamil de Rada llamó

"La len-

gua

de Adán".

Por lo anteriormente expre–

sado se prueba que los

kolla–

aimaras

fueron quienes -antes

y después de los cataclismos

ocurridos durante los tiempos

glaciales- señorearon en la ex–

tensa meseta del Ande y que

hablaban el idioma de sus abue–

Bravo, Carlos . . .

Cobo, Bernabé de

Lizárraga, B. de .

Cúneo Vidal, R. .

Díaz Romero,

B. .

Durán,

1

uan . . .

Escobari

l. . . . .

Falb, Rodolfo ..

Garcilaso . . . . .

Gutiérrez,

1.

R. .

Kramer, Pedro ..

López, V. F....

Oliva,

C.

P...•

Paredes M.,

R. ..

lnti Huahuan jake

.

Hombres hijos del sol

Taypicala

.......

Piedra de en medio

Taipicala

. . . . . . .

,

, ,.

,

Tia huáñuc

. . . . . .

Muertos sentados

Titihuahuanacu

. . .

Los hijos del jaguar

Tiy-huana-co

. . . . .

Viviendas subterráneas

Thia huaña jake

. .

Hombres de la costa seca

Tia, ahua, yacu, ana.

Agua

y

agua

Tiay huanaco

. . . . .

Siéntate guanacu

Thia huañaco

. • . . .

Borde o costa desecada

Es nombre aimara

que debe buscarse

Tia huañuk

. . . . •

Luz moribunda

Chucara

. . . . . . . .

Casa del sol

Huina-marca

. . . . .

Que se engulló o llevó el

Posnansky, A. . .

Salas B., F....

Sanjinés, F. de M.

Taborga M., Mon·

pueblo

Huilíymarca

. . . . .

Ciudad eterna

Aymar-Apu

. . . . . .

Capitana aimara

Huayna-marca

. . . .

Ciudad nueva

señor . . . . . .

Tiaihunabku

..

. . País sobre el agua de Dios

omnipotente

Villamil de Rada

Ti huan aca

..

. • Esto es de Dios.

los, el AIMARA. Lengua antiquísima que se

conserva inalterable hasta nuestros días.

NoMBRE ETIMOLÓGICO. Constituye, hasta

el presente, un enigma el nombre que

tuvo

Tiwanaku,

en

los

albores de sn or–

ganización ongmaria y pensamos que se–

guirá siéndolo, mientras no se exhiba una

prueba de verdadero valor científico que,

ampliamente, confirme lo aseverado.

La mayor parte de los historiadores de

la Colonia, Cieza de León, Polo de Onde–

gardo, el P. Valera, Sarmiento de Gamboa,

Garcilaso, Montesinos, etc., después de in–

dagaciones, búsquedas y escudriños en las

fuentes de las tradiciones, mitos y narra–

ciones acopiadas de los más autorizados

sobrevivientes, nos legaron un crecido nú–

mero de nombres, cada uno de los cuales

era el legítimo para quien tuviera la suerte

de haberlo hallado. De ahí proviene la di–

versidad de nominaciones que --con su pro–

pia ortografía- dieron a Tiwanaku, v. gr.:

Huiñaymarca, Huayñamarca, Taipicala_,

Chucara,

etc.

CHUKIAPUMARKA, según Polo de Onde-

16

Por nuestra parte juzgamos que

Tiahua–

nacu

o

Tiahuanaco

es de origen

aimara

y

que proviene de:

Tiwanaku,

aquí las pie–

dras paradas, después de haber sufrido el

cambio de una letra y los apócopes carac–

terísticos del

almara:

Tiwana ..

Tiwananaka

Tiwana-akan . . .

Tiwana-naka-akan .

la piedra parada o

plantada

las piedras paradas

aquí la piedra parada

aquí las piedras paradas

o, en traducción libre: ¡He aquí las piedras para–

das! . . . Exclamación concordante con el grito

jubiloso que lanzarían los descendientes de los

emigrados

kolla.-aimaras,

al arribar a la tierra

de sus progenitores

y

encontrar las piJastras de su

antigua Metrópoli, a la que hallaron totalmen–

te destruída por las invasiones enemigas

y

por

los cataclismos ocurridos miles de años atrás.

Destrucción de la cual estaban enterados por las

tradiciones, relatos

y

mitos transmitidos verbal–

mente por sus antepasados.

DIVISIÓN. La singular e irradiante tra–

yectoria del Imperio de

Tiwanaku,

se halla