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LOS CRONISTAS DEL PERU

173

de dicha biblioteca. Queda así

'identific~-l.o

el

princi~al

autor de tan impor–

tantes c.-rónicas 'de la por mil títulós Villa Imperial del Perú. En 1943, con ún

magnífico y

dá~ico

prólogo de .don Gustavo Adolfo Otero, sale a luz, en la

Editorial Emecé de Buenos Aires, en magnffica presentación, la Historia de la

Villa Imperial de Potosí, libro. que hacía mucha falta 'dentro de' nuestra histo-'

ria americana y en especial a.ito y baio-paruano.-

·

.

f

La

Historia de Martínez Arzanz y Veia abarca desde la descripción de

la Villa, a la que le diera el escudo

impe~ial

Carlos V, como una exclusiva

primicia, hasta el año 1576, poco HemP.o 'después de haber estado ¡¡m ella·

el Solón peruano, don Francisco de Toledo. En ella se encuentran capítulos.,

tmportantes de la histm:ia colonial peruana, como los gobiernos dél Virrey

Núñez Vela, la revolución de Gonzalo Przarro, el gobierno de La Gasea

y

sus sucesores; el descut>rimiento de su :rlco cerro por el indío cuzqueño

Gu.alk¡:¡; 1éi fundación· de sus iglesias y monasterios;

1

la solemnísima iura del

Rey Felipe II; las calamidades por las que -pasa y las

luch~s

sangrientas entre

sus moradores; con tal galanura de estilo, tal realismo descriptivo que su–

gestionan

y,

dan vivencia histórica, haciendo· coleg!o lo que sería la vida del

colorliaie español en este continente.

Los Anales de,Pot_osí, que bien puederí llamarse periodismo de la époc;;t,

como afirma Otero, y que se parecen tanto a los de

~quivei

y Navia del

Casco, o al de los Mugaburo de Lima, comienzan con la ingenuidad de la

'época desde "de-spués del diluvio" y sl.guen hasta encuadrarsé en lo his–

·tórico, deSde el año 1492 hasta el año 1705, anotando año ·por año los suce–

sos de la ciudad con acuciosidad ·y paciencia; en ellos encontramos la magni-;

.ficencia y el· derroche de los_ ricos mineros que llega a lo

increíbl~,

en tal

forma que dejan al lector

pasma~o

y dudando si son verdad o cuentos de las

mn

y un·a noches, ' a los que sobrepasan; ddmirando también las terribles lu–

bhas·

y

venganzas de vicuñas y vascongados, temas precisos que supo ex–

plotarlos en sus Tradiciones dcm Ricardo Palma y esperqn un tradiciqnista

moderno que los intégre mejor. .

1

Lástima es que no hayamos hallado datos _de la biografía de don Nicolás.

de Martínez Anzanz y Vela, cuya obra histórica bien val-e "un Potosí":

62.-0bispo don Vasco de Contreras

y

V

alverd.e.-Est-e distinguid_o escri- •

tor, junto con Esquive! y Navia, pertenece a Yos cronistas que se ocupan de

la gran ciudad del Cusco, Cabeza de los Reinos del Perú, como se le llamó

siempre en· la época colonial·. Antonio Alcedo, en su Diccionario GeogÍ-áfiao

Hisf6rico,

Odri~zola

en sus Documentos Literarios y

Jim~nez.

de la Espada, en

sus Relaciones

Geo~áficas

de Indias,. manifiestan que don Vasco fué natu–

ral de Lima; Horado H. Urteaga, en su Colección de Documentos para la His-

. toria del Perú, tomo V, II f\erie, lo hace originario de la ciudad de Quito; pero '

Diego de Esquive!

y

Navia, en sus "Anales del Cuzco" da un bosquejo de

su biogr¡úía

y

declara ser hijo de esta úlHma ciudad

(II

tomo, pá<;tina 119), y

para completar ·esta fundada aseverac.i6n, Mons. Juan A. Casanova, ha encon-