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EL
lMPERIÓ SOCIALISTA DE LOS
lNCAS
t8S y representadas por los grandes personajes (1) . Los es–
pañoles prohibieron
-én
1781 toda representa-ción de drama
quich.ua, a consecuencia d_e una rebelión d.e los indios (2).
Una ojeada
so.br·e las costumbres de la época nos hará
comprend·er mejor .que
eual~quier
otro •e..studio ·el -estado so–
cial del Perú precolombino. Se ha querido tomár a ve·ces
la
.
condición de la mujer
-como ·medida de la -civiliza-ción
d :e
un
pu-eb~o.
Hay que reconocer que es difícil ·emitir un juicio a
este respecto. Indudablemente, la mujoer no realiza los tra–
bajos más penosos: .se limita a ayudar al agri·CUltor a CUl–
tivar .la tierra
y
al .soldado a conducir los
·equipaj.es;está
protegida por la ley; nadie puede tratarla brutalmente ni
repudiarla
.a
su antojo; indudablemente también, muchas
quetes, las
vírgenes y
los ban-
a a espalda
clemencia de
el
ra-ma:
. valiente general
OUantay ama
potli e
1
r cioso nombre de
Cusi Cuyneu (·
am · d
11
· aunque no es de
sangre real,
se ·
t
eve a pedir la
ano de la princesa .al :nonarca . El so–
berano rehusa con
inc::lign a eión
hace encerrar a su hija. Ollantay, fu–
rioso y · desesperado, huye del Cuzco, subleva las provincias montañosas
del
Este
(Anti) y establece su centro de resistencia en la. gran fortal·eza
de Ollailtaytambo. El jefe indio Rumiñahui (Ojo de piedra) ataca al re–
beld:e, pero es derrotado; emplea -entonces - una estr atag·e.t11.a : Iingi·endo ·
haber sido torturado por orden del inca, en castigo a su derrota, se pre–
senta cubierto de heridas y clamando venganza delante de Ollantay, que
lo acoge sin .desconfianza. Luego, en un día convenido, mientras que _los
re'belde.s celebran una fiesta, Rumiñahui abre las puertas de la fortaleza
al ejército del inca. Pero éste, en un gran impulso de generosidad, per't–
dona a Ollantay, le entrega a su hija en matrimonio
y
le confía un gran
puesto. Varios caracteres están bien dibujados, e.specialment:e el de Ollan–
tay y el de su servidor, el bufón Piqui Caqui, que
e~
el cómico de la pieza.
(1)
Garcilaso, "'Comentarios", lib. 2,
cap.
27.
(2) }l,rézier habla y
a al principio del siglo XVIII de una supr·esión
del teatro, en el que se
repr.es-entaba la muerte del in ¡-a,
("Relació:p." ... ,
p.
250) :
En la edición d
e1809
de los
"Voyages au P2rou",
de M . Sobrevie–
la
y
Narcitsso y Barcelo, figura una n ;:, t a conoe.b iCla en es to.s t er .í'tllnos :
"En
la
mayor .parte de las grandes *Ciudades del Perú los indios rememo–
ran la muerte de Atahualpa por medio de una es pecie de tragedia que
representan en
las
calles el día de la Natividad de la Virgen ..• Los
es–
pañoles no ..se encuentran .entonces a salvo"
(t.
II , p. 374).
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