PREFACIO
,
En las conc
lmente la
etiología del qu
colorado e
la pro ucc ón
áaj,
y
de
un modo subsidiaTio,
"ncrim-ina-b
al polen de sus flores, la causa
directa de la enfermedad, idea que deduje de los casos producidos
sin contacto previo con la planta
y
del material empleado, prove–
niente de árboles en floración.
Discutido este punto en la Reunión de Tucumán se ·produjo un
interesante debate en que se dieron otras opiniones sobre la probable
etiología del mal, destacándose aquellas que atribuían las lesiones
eruptivas de la piel, en casos semejantes, a los pelos irritativos de
ciertas plantas o a insectos desprendidos de ellas, lo que explicaba,
en cierto modo, la acción o la influencia del árbol a la distancia.
Al año siguiente, en la Cuarta Reunión de la Sociedad Argen–
tina de Patología Regional del Norte, tuve la satisfacción de pre–
sentar algunos casos producidos por hojas frescas de quebracho co–
lorado, recogidas del árbol en épocas alejadas de su floración. El
resultado satisfactorio obtenido también con estas hojas, descartaba
en absoluto la acción del polen como eausa directa del Páaj, tanto