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expansión a la Amazonía .sólo comienza en el
~- 1-
glo
XV.
.
El arte de la alfarería tiene, pues, una tradi–
ción mullisecular. Pueden los peruanos jactarse de
hab er alcanzado .en este renglón, insupera9le ,pro –
greso. Nuestra técnica fué irradiada al resto de
Sudamérica .
.
Cosa semejante puede decirse sobre el arte tex–
til. Somos en este continente los más avanzados t e··
jedares y las obras textiles que exhiben los princi–
pales museos ·del mundo pueden equipararse
c.onlns
más famosos tejidos de Esmirna o Persia. El in–
dio, en tiempo de los Incas, fabricaba dos tipos de
tela: Awaska, o corriente, y Kumpi, o escogida.
La primera era empleada para el vestuario
dd
pn ~ blo ; la segunda para el del Inca y la nobleza. De<; –
aperci bido el Imperio, sólo excepcionalmente se te –
jió tela kumpi o selecta ; pero, el indio no ha per–
dido su aptitud para hacerlo, como lo demuestra
el
tejedor de ponchos de vicuña.
Es muy grande la ·variedad de ti:ajes de las
distintas regiones del Perú. Naturalmente, que
s~
ha amestizado la indumentaria ; per.o, los indios de
las comunidades y
de
las haciendas serranas con–
se rvan la mayoría de .piezas originales y las fabri –
can ellos mismos para su uso. Sólo después
~1e
1780, fecha de la revolución de Tupac Aimaru, el
gobierno español hizo efectiva la legislación drá5 ·
tica sobre indumentaria, desterrando el antigu ::>
traje, a base ·de túnica
(o
UNKU). Todavía hoy
un pequeño grupo -los comunistarios de Keros
(Paucartambo, Cuzco)- no han cumplido la pro –
hibición : siguen vistiendo la túnica.
Esta gran variedad de tipos de vestuario arr3n–
ca de la época' precolombina . Cada pueblo se di<;–
tinguía de su V•ecino por
particularidad.esde su in -