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dumento, acentuándose, sobre todo, las caracterís–
ticas del tocado . El medio físico ha determinado
que sea en la costa donde se prefieran las telas ·
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algodón y en la sierra las de lana ; además, en los
vall es predominan los colores vivos. sobre todo el
rojo, y en el altiplano los oscuros, negro, pardo
o azul.
C:otah~asi
en Arequipa y Omacha en el Cuzco
son centros textiles de gran nombradía, cuyo pres–
tigio viene d.esde la edad antigua. Hoy el indio se
esmera principalmente en la factura de los ponchos
masculinos y las mantas o llijllas de las mujeres.
La faja o chumpi y la bolsa para la coca son tam–
bién primorosas. El atuendo para los días feria –
dos sobresale por su brillo: hilos de oro
y
prlata ,
b c·to n es, cuentas, abalorios. E l más modesto agri–
cultor tendrá siemp re un traj e de ceremonia: monte–
ra ·de vuelta roja afelpada, con tela de Castilla . le–
vitan siglo XVIII ( tabla-casaca ), camisa blanca ,
a.neta faja, pantalones cortos, abiertos
lateralmen~ e .
sandalias d e cuero, gran p oncho con . los colores y
loe. mo tivos ornamentales propios de su zona. .Si
es autoridad, portará una larga
y.
gruesa vara en –
chapada de plata , signo de su función. Las mu–
jeres, por lo general , sólo conservan el oequ .::!ío
manto que usan . de ordinario sobre los 'hombws
prendida al pecho con el tupu ,
alfíl.ermuy adorn::i–
do. En las ceremonias, esta manteleta r.s cambia–
da por otra de mayores dimensiones (llakolla) : un a
y otra ofrecen fajas ornamentales de estilo preco –
lombino.
La cestería alcanzó notable desarrollo en tiem–
pos antiguos, como lo evidencian los objetos ha1la –
<los en los sepulcros . Así mismo, la cordelería ofre–
ce variedad, utilizándose fibras , lana , cabellos hu –
manos y cuero . En nu es tros días, muchas regiones