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Es indispensable profundizarse
y
p~netrar
hasta el
último
punto del misterio que en,cama la lengua aymara, para dar un
justo valor a esta hermosa lengua.
Cada una de las partes de la gramática posee una gran v,a·
· riedad dE" cambios, inclinaciones, modos y variaciones que solo
es posible comprender
y
explicarlos en la misma lengua. Don
Emeterio Villamil de Rada, egregio polígrafo
y
científico bolivia·
nq, conocedor de muc¡hos idiomas, hizo un ' especial estudio
de
la lengua aymara, de sus raíces, y• su probable origen; afirman·
do que la lengua c;xymara es la ¡raíz y madre de las numerosas
lenguas que hoy se hablan en. el zp.undo. En _un párrafo de su
obra: "La Lengua de Adan" dice: El Alma de toda lei?-gua es el
verbo. Da él la acción y generación.· En el verbo se encarna. el
pensamiento y toma vida la frase. El es la sustancia. Y si" el
Ay·
mara' d<emuE"stra que un excelso pensamiento presidió a la di&
posición. de formas inviolables del
v~rbo,
form"as expresivas
de
ideas abstractas y generalizantes¡ en tal caso, por sí epxlica
r
sanciona así su título de Aymara o verbo ferente, como el
de
perpetuidad.
Aru la pb:labra. Uru la luz, casi homónimos en estru,cturJ
y
&n.
sonido, sqn de identidad con su intermedia raíz Airu,
"fe–
cundación o la simiente", el Eros, o mas antiguo de los dioseSl
de Hes:iodo, diferente del Hirus
o
Eros, "amor", el más joven,
hijo de Charis o Aphorodite. Pero desde luego, síguiendo el
Ay–
m;::ro su orden serial de generaciones de sus tres vocales a, í,
ú.
de ár11. la palabra sale aíru,
;y
le sigue como a la razón emis
r~
E"l uru o luz. Del aru el airu el airu del·-uru, el dixit; Fiat hn. ASI
"aru, airu, uru, la palabra !-3cunda la luz.
Estas mismas y otras análogas forri:J,as inmutables se ve:l
que rigen en los verbos 9,el próximo cuadro. Mas la
preseno~
de lo idea genérica o abstracta, reluce por sí en la siguiente s·
nopsis de la formación de significados y_ su va'riedqd, pqr la
me–
ra ediciór. a la raíz o a la intercalación de una partícula que en
·sf intima la idea del género de acción.
.
·
Así los verbos pasi"os y los recíprocps; deri.vativos, etc.•
s~
a lterarse lq regularidad de su conjugación del modo activo e
ill
aicativo, expresan distinta acción y fase, en virtud de la sílabd
intercalativa
y
su. régimen así: