presencia de
las cincuenta
Ct_¡ ldas
que
ro<] ean,
el tetnplo y que sirven de gratuito hospedaje a los
ro rneros?
¿Tal
vez
esos edificios
y
ese ten1plo brotaron
de la tie-rra, con10 los hongos en las punas, des–
pués ele las lluvias
y
con
lo~
prirneros rayos del sol?
¿No encierra
una
ingratitud
.decir que
nada
han hecho los n1ercedarios en el Santuario de
· lI
uanca en preseneia de
la
belleza del
Parque
Siloé,
de la
carrete1~a
auton1ovilística,' de la instalación
de la luz eléctrica, de
~gua
potable
y
del cón1odo
conventitc:) rcr:nedo
e1;i
tniniatura
de
los claustros
n1ed ioev a]es? (
1)
¿No es insidioso decir que ha sido
es~asa
Ja
obra de la ::\1 erced en II
u~nca,
en presencia de las
n u n1 e ros a s fa
1ni1
i
n
~
q
u e vi ven en e
1
Santuario,
d
u.
rante todo el año, donde los .frailes, que no
han
he–
cho nada, les dan gratuitan1ente lena, casa y a los
n1ás
de
ellos ali n1entos
y
vestidos? [2]
Son cosas
estas
qué
nnnca
]as
habríamos to–
cado,
puesto que pesa
sabe nosotros
el
precepto
de Cristo, "Qne no
~epa
ta
1nano
izquierda
Jo que
ha hecho Ja
derecha," sino
se
tratara
de defender
· Ja n1e111oria
santa
ele nuestros padres, sino pesara
tan1bién
sobre nosotros otro n1andato del Maes–
tr-o: "Decid
la
verdad desde los techos de las ca·
sas".
Y
es cosa cúriosa !o que pasa entre los acusa–
dores de la
J14erced.
Decin1os n1al, ¿por qué va a
ser cosa curiosa? En ellos se
cun1ple .
únicamente
lo del
Evangelio: Diecn a su
hern1ano:
"Dejan1e ·
que te quite esa paji
ta
que tienes en
el
ojo, sin
fi.,
· jarse
en
la
viga que llevan en el
propio".
Aunque la 111ayoría de los l\1ercedarios
han
contestado con el
silencio
a sus acusadores) por-
(1,
VtiSise
en
el II l'omo los trabajos
realizadolll
últi111amcnte eu el
Sont11~1·in.
[2j En la aetualidad vhren en
Ruan.caal
r~thdor
ttt:
1
~ famili~uJ,