que con una
ingratitud
sin
110111bre
han acusado
a los 1\rlercedarios
<le
no
hauer
trabajado Jo sufi–
ciente en el San tu ario.
En
lo
que no
hay
duda ninguna
y
en lo que es–
tan acordes todos los datos que hemos recogido
es
que
todos los
Capellanes del
Santuario, fielet>
y
consecuentes al honor insigne de ser los Custodios
rlel Señor, rivalizaron s1en1pre en entusiasmo
y
amor para celebrar la Novena de Sctien1bre,
con10
preparación a Ja festividad
d-:1
14,
lo que con
n1u–
cha razón hi¡o decir al M. R. P. Fr. Venancio Cusi:
''A la Orden Mercedaria que tanto se había
distinguido por sus trabajos apostólicos cupo la
inco1nparable dicha de encargarse del Santuario,
n.o sin especial disposición de la
f)ivina
Providen–
cia.
"Desde entonces los Padres que han desen1pe–
fíado
sucesivamente
el cargo de
Capellanes,
han
desplegado el
n1ayor
celo ·
para.
a tender al
esplen–
dor
del
culto
y
para qne se
cons~rve
allí en toda
su pureza
el fervor de los pritneros tiempos, fervor
que no ha decaido
en
estos infelices días de indife–
r ene
i
a
y
r
~
ci o
na
lis
tn
o' ' (
1
)
.
No hay noda
inás
doloroso que
la
injusticia,
ni
n1ás
desgarrador que
la
ingratitud.
Nosotros
cotnprendemos cuán a1narga habrá sido para el
corazón de nuestros her1nanos ele
1·1ábito
la
gra–
tuita acusación o n1ás bien la negra
y
odiosa ca.
lu11111ia.
¿No es infan1e decir que los Mercedarios
no
han hecho nada, en presencia de la Iglesia del San ..
tuario
y
de la Capilla de la Penitenciaría con sus
·11ern1osos altares
y
lienzos ·valiosos
que
son obras
verdadera111en te
maestras ele]
pin<:e1?
¿No es una
iniquidad
decir
que
la
labor
de Jos
Redentores del I>erú en Huanca ha
iido
nula, en
.
-.,._
[1) El Santuari o del Séñor de Huanca.