jos, Austria e Italia, principalmente. pero
taro-,
hién hay que notar ' que el arte nativo
y
el
es-.
píritu de
la
cultura aborigen ejercieron cierta
influencia en
la·
producción artística, en
es-.
pecial, en la pintura. Es que buena pa,rte de los
artistas que ,han
~nriquecido
nuestros templos
y
,monasterios, fueron indígenas que demos–
traron, desde los primeros años de la conquis–
ta, por tradición histórica, aptitudes
especia–
les
para
la
plástica.
Además, una escuela de bellas artes que
en
el siglo
XVII
se estableció
en
el Cuzco,
fo–
m
entaba
la
producción del arte, así como una
constante demanda del publico que la atibo–
rraba, pues los interiores de las viviendas, asi
las
más
encu bradas como las humildes, esta–
ban decora
o ~
o()fttio
os templos, con lienzos
y
esculturas de arác ter
neligio~o.
No
había es–
tancia que no uci ese un lienzo
o
un bulto re–
presentando
á
divinidades católicas·; hasta
las
puertas de entrada de las habitaciones, eran,
muchas veces, constituídas por lienzos que re–
presentaban in1ágenes de la devoción de los
dueños de la casa.
Por · otra parte, el Cuzco vino
a
ser un cen–
tro, . tal vez único
én
América, donde
la
car ..
pintería artística llegó a adquirir un progreso
admirable. Coros, púlpitos, retablos de toda
_clase, muebles,
que
se conservan hasta
hoy
en
los
templos
y
alguna casas
partt·cµlares .,
a pe-
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