que se cerraba con vergerías de tallos de ár–
boles. No había ventanas de comunicación,
y
si se encuentran algunas,
son excepcionales.
Dentro de este circuito estaban las viviendas
de un solo piso , for1nadas por habitcc ion3s in–
dependientes unas de otras, de inanera que la
casa
interior era un conglomerado de peque–
ños edificios separados. En los n1uros interio–
res de estas habitaciones había alacenas pa–
ra colocar los fetiches
y
los utensilios de uso
doméstico. Estas alacenas que se ven en todos
los lugares donde existen ruinas incaicas , te–
nían, pues, ese doble carácter, religioso
y
pro ...
fano. Naturalmente que la conjunción de unas
viviendas con otras daba lugar a que dentro de
la casa se fo
1
en callecítas rect s
y
estre–
chas que le da an aspt1cto de
n
equeño ba–
rrio o conjunto urbano.
Taro ién babia edifieios destinados para
ciertos actos de la vida colectiva, con10 los
tam–
pus
y las denominadas
canchas.
Los
tampus
eran lugares ·de depósito de provisiones
y
d~
hospedaje, tanto dentro de las poblaciones co–
u10
en los caminos, al final de cada jornada.
Las
canchas
eran lugares amurallados o circui–
dos de muros que encerraban edificios techa.–
d s donde se realizaban ciertas ceremonias
y
fiestas en casos en que impedía la lluvia ha–
cerlas en las plazas públicas o en el campo.
También
se llamaba
cancha
a un extenso con-
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