sentirniento de la naturaleza,
a la impresión
del paisa.j e, al contorno, siendo por esta razón
do
un gran dominio objetivo.
Organización
social
y
polítlca
El estado incaico era una monarquía teo–
crática, absoluta y paternal. Gen er almente era
hereditaria,
po~
derecho de primogeni tura,
pe-·
r(a
ha habido casos en que el pueblo eleg ía
~
sus monarcas y, esto, no sieJnpre a los primo-
• génito s ; con10 cuando pasó con
Hulracocha e
Inca
Yupanqui,
aunque, eso
sí ,
los electos de–
bían ser de la progenie real. P ero es lo ci erto
que aquellos cas os
d ·
elección
fu eron excep–
cionales.
El Inca
t
nido por nij o del sol , y co•
n1
o a tal se
1
acL
r a
i _,
)fl
casi r eli-
giosa. En odo
os actos
e su vida con10 a
los faraones de1 E;c:ip o se
J.
ributaba un ho–
rnenaj e cere1nonio o y humillante . Andaba,
ge –
neralmente , sobre un trono o asiento de oro,
por sobre sendas cubiertas de flor es que de–
rramaba la multitud. La esposa oficial , fuera
de las concubinas ,
era, según manifiestan los
cronistas, la hermana legítima, cuyo hijo
va-
1
rón debía ·ser el h er edero del gobi erno.
Las clases sociales eran tres, bien marca–
; das:
la
familia incaica,
que comprendía a
to·
dos los deudos del Roberano ,
así
como
a las tri–
bus
reinantes,
a
las
que
pertenecía cada
Inca,
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